Tortura Institucional

18 de mayo de 2024

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Escrito por Ara González.

Hasta la fecha podemos presenciar la trágica cultura de la violencia institucional, que tiene sus precedentes en la dictadura, y a pesar de todas las leyes e instituciones que protegen y defienden los derechos humanos y actúan en la prevención de la tortura, instituciones como la ACADEMIL no solo se rehúsan a combatir estas prácticas entre sus propios integrantes, sino que propician la violencia y la tortura como parte de la cultura que forma «regios hombres». Un reflejo de la cultura machista instalada en estas instituciones al servicio de la clase dominante.

No es casualidad que el maltrato que ya ejercen los militares en los cuarteles, se traslade a sus hogares como violencia intrafamiliar, teniendo en cuenta la larga lista de agresores que pertenecen a la milicia.

La tortura que pasan los jóvenes quedan selladas puertas adentro; todos los vejámenes son apañados, el silencio cómplice es lo que explica la continuidad de esta práctica deleznable. Sólo cuando ocurren desgracias que tiene como desenlace lesiones graves o la muerte pegan el grito al cielo y todos se desentienden de la tragedia.

Hace unos días, un cadete de 2do año fue brutalmente golpeado por otro de rango superior. La víctima ingresó a la unidad de terapia intensiva, perdió un órgano que tuvo que ser extirpado de urgencia, además de la fractura de un brazo y múltiples órganos afectados, producto de la golpiza.¹

Estas prácticas aberrantes son normalizadas, y no sólo eso, sino que son fomentadas por los comandantes quienes incitan a los oficiales y cadetes de 4to año a realizarlas, según el informe del Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura.²

Una historia repetida

Aunque estas repulsivas violaciones de DDHH estén prohibidas en teoría, la realidad es muy diferente. Este no es un caso aislado, ya existen algunas denuncias públicas, pero no todos los casos se llegan a conocer ya que temen represalias de los abusadores. De hecho, existen declaraciones de familiares donde expresan que recibieron amenazas de muerte luego de los ataques.³

En abril del 2022 una madre denunció que a su hija le metieron la cabeza en el inodoro en varias ocasiones, la golpearon hasta que se desmayó, y en una de las tantas golpizas a la que fue sometida, tuvo que ser reanimada y la encontraron sin ropa interior.⁴

Torturas y humillaciones:

La temida hora 25 que comienzan a las 23:00 cuando ya no hay oficiales a cargo y rige la jerarquía de los cadetes de 4to año, según el informe, esta es la hora en la que empiezan las torturas: castigos físicos y psicológicos donde someten a los cadetes de menor rango a torturas como “la desesperación del cadete” ( cuando es colocado en el suelo o en una silla con una bolsa en la cabeza y una toalla húmeda y se le derrama agua generando desesperación por la falta de oxígeno)⁵, dormir con ropa mojada, golpizas, hacer “trípode” (apoyar la cabeza en el suelo haciendo un arco con los pies sin ayuda de los brazos) “el beso del infante” ( golpes de puño en la mandíbula de manera sincronizada), o meten maderitas entre los dedos de manos y pies para apretarlos. Aislamiento, actividades físicas extremas, conocidas como “descuereo” en donde el cadete llega al extremo de vomitar. Privan a los cadetes de sus francos (salida del cuartel), tratos humillantes en público y en privado. El uso del baño está supeditado a la suerte de no encontrarse con un alumno del 4to año, entre muchas otras formas de tortura que se aplican de forma regular.³

Una realidad que no puede continuar

No se puede permitir que sigan cometiendo estos crímenes de abuso de autoridad, tortura y humanidad contra otros que no tienen ni siquiera la oportunidad de defenderse debido a que están atrapados en un sistema que fomenta y protege todo tipo de agresiones.

¿Para qué sirven las FFAA?

Las FFAA están al servicio de la clase dominante y como potencial látigo a los trabajadores y el pueblo, y para este efecto someten al más débil como un aprendizaje que lo llevan en el cuerpo como algo totalmente natural.

Exigimos castigo para los culpables materiales del crimen y a todos los que permiten que estos hechos sucedan: oficiales, comandantes, los altos cargos de la academia y el Ministerio de Defensa.