El hecho más relevante de la coyuntura sin dudas constituye la prisión preventiva de Efraín Alegre tras efectuarse el desacato de cumplir con la fianza impuesta por el juzgado penal donde se tramita la causa por producción de documentos no auténticos que supuestamente lo involucra.
Lo primero que hay que destacar es que la apertura de este proceso y la imputación fiscal se constituyen en una arbitrariedad cuyo trasfondo es la orden del ex presidente Horacio Cartes para bajar a Alegre quien ha abierto su campaña electoral pos 2023 atacando duramente al mismo. En ese sentido, el Poder Judicial y el Ministerio Público actúan como serviles cortesanos del “patrão”.
La campaña desarrollada por Alegre tiene como eje la denuncia contra el cartismo, por ser este la expresión mafiosa más siniestra en el país. Esta caracterización parte de los lazos con grupos criminales trasnacionales, las denuncias internacionales de contrabando de cigarrillos a gran escala, por dar cobertura al tráfico de drogas y armas en la frontera, por ser el foco del lavado de dinero en el país, porque a partir de la acumulación de dinero sucio acapara los rubros más importantes de la economía desplazando incluso a otros sectores burgueses; todo lo cual converge para ostentar un inmenso poder económico y político que corrompe todo lo que toca y degrada a profundidad las instituciones del régimen democrático burgués.
Disputa interburguesa
Asistimos entonces ante el enfrentamiento de dos sectores burgueses bien diferenciados: el cartismo y el efrainismo. El primero caracterizado por su origen mafioso y sus relaciones con este ámbito cuyo arribo al poder estatal significó una marcada degradación del régimen político y su amenaza de retorno significaría una profundización de aquella experiencia. El sector del PLRA de Alegre representa un sector burgués institucionalista típico, es la fracción más tradicional, si se puede usar ese término, al interior del PLRA.
La prisión de Alegre obedece entonces al enfrentamiento directo contra Cartes y el cartismo, a quien no solo se acusa de ser el representante más genuino de la mafia en el país, sino, al mismo tiempo, por ser el poder tras el poder. Cartes cuenta con fichas claves en el actual gobierno, entre ellas, la actual Fiscal General del Estado, Sandra Quiñónez. De allí que se catalogue reiteradamente a Cartes, además de mafiosos, como el verdadero peligro para la democracia liberal que vivimos y que Mario Abdo es un pusilánime que se volvió un capataz al servicio de Cartes tras su pacto con este.
Efraín Alegre es un representante más del neoliberalismo y un privatista de la primera hora, cuyo partido es el segundo mayor representante de la burguesía paraguaya. A pesar de las rupturas en el PLRA, el sector de Alegre es hasta hoy el más representativo en su partido, y, en consecuencia se constituye en un factor determinante para las futuras alianzas electorales para desplazar a la ANR del gobierno. Cartes se movió con cautela en todo este tiempo, afianzó su influencia en el PLRA través del llanismo y preparó el terreno para desbarrancar al único, hasta hoy, representante de la oposición que podría efectivamente hacerle frente en una contienda electoral.
El tiro por la culata
No hay dudas de que Efraín sabía de la arbitrariedad del proceso penal en su contra impulsada por Cartes, pero éste no consideró que apretar el torniquete del aparato judicial -que prácticamente controla- sería en realidad contraproducente para el mismo, es decir una especie de boomerang ya que el ataque redituó sin dudas en la figura de Alegre y en su campaña aumentando en consecuencia la carga mediática de desprestigio en contra de Cartes y el cartismo.
La figura de Alegre no sólo creció a nivel nacional, sino que internacionalmente su figura representa la de un preso político burgués, lo que golpea la imagen del gobierno de Mario Abdo Benítez y al mismo tiempo la de Horacio Cartes. A medida que transcurra esta situación de arbitrariedad crecerá la campaña de Alegre y se hará cuesta arriba las pretensiones de Cartes por posicionar a figuras de su entorno como opción de recambio a la facción representada por el actual presidente de la República dentro del partido colorado.
En búsqueda del refrito de la alianza de clases
La manifestación realizada el pasado lunes 1 de febrero frente al Ministerio Público por parte de los partidos de oposición, con presencia mayoritaria del PLRA, pidiendo la libertad de Efraín Alegre y la cabeza de Sandra Quiñónez se constituyó en un acto que preanuncia el refrito de la alianza electoral.
El escenario político está marcado por la alta polarización por arriba cuyos actores son por un lado el gobierno cada vez más debilitado, su oposición interna en su partido representada por Cartes y el resto de la oposición burguesa y reformista con representación parlamentaria.
La situación de Alegre potencia su campaña electoral y con ella pretende encolumnar al resto de la oposición con el lema democracia o mafia.
¿Cuál debe ser la tarea de la clase trabajadora?
La tarea política nuestra debe ser denunciar que la arbitrariedad cometida contra Alegre es la que sufre hace décadas de manera cotidiana los trabajadores y sus organizaciones, penurias que nunca fueron de importancia para el hoy caído en desgracia y su organización política. Es por ello que repudiamos la manipulación manifiesta de la justicia y en consecuencia pedimos el cese de la grosera arbitrariedad cometida contra Alegre que desemboca en su prisión preventiva. Esta posición no significa tener ni un milímetro de acuerdo político ni con Efraín Alegre ni con el PLRA.
Tenemos el desafío de organizar la lucha política aprovechando todas las manifestaciones de descontento que se dan por los múltiples atropellos en todos los sectores de clase, colocando el foco en la principal amenaza que constituye el cartismo, pero sin dejar de denunciar lo que significa la apuesta en Alegre-Lugo y cía., mirando el fracaso de la experiencia pasada entre golpistas y golpeados y sus reencuentros hipócritas para nuevas alianzas de clases.
Nuestra demanda por el ataque a los derechos democráticos excede a lo que ocurre con Alegre, pero partimos de este hecho conocido ampliamente para alzar nuestras voces por los distintos atropellos y arbitrariedades que sufre el pueblo trabajador.
Hasta el momento todo se encamina hacia mayores crisis para el gobierno y se atizarán las fricciones internas entre colorados y liberales. Esta polarización por arriba empezará a repercutir para abrir también un nuevo momento por abajo con mayores probabilidad de un despertar masivo. El desafío sigue siendo organizar un espacio de dirección de las próximas luchas.