La finalización de una estafa que queda en la impunidad

La semana pasada se concretó un hecho histórico al realizarse el ultimo pago del servicio de la deuda de Itaipú, quedando totalmente amortizada la deuda generada para la construcción de la represa que representó una de las mayores estafas contra los usuarios del Paraguay y del Brasil quienes, a través del pago de su tarifa de energía eléctrica terminaron pagando una deuda que alcanzó los Uss 60.000 millones.

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El contubernio delincuencial entre ambos gobiernos para la construcción de la represa conllevó una sobrefacturación de más de 1700 %, lo cual benefició principalmente a la corrupción y al enriquecimiento de los barones de Itaipú (contratistas, directivos de la Binacional y los jerarcas de turno), así como al capital financiero de la ahora privatizada Electrobras y de los grandes bancos.

Otro sector del capital beneficiado con esta estafa fueron los grandes empresarios industriales instalados en Brasil, principalmente en Sao Paulo, quienes recibieron una energía subsidiada por mucho tiempo, en una proporción del 98% para el Brasil contra el 2% que utilizó el Paraguay, lo cual a su vez generó una deuda espúrea que se integró a la tarifa que hasta hoy seguimos pagando también los usuarios del lado paraguayo.

Según estudios, se estima que la deuda ya debió haber sido saldada en el año2008. Esto significa que los sucesivos gobiernos del Paraguay permitieron que pagáramos de más, alrededor de Uss 14.000 millones a razón de Uss 1000 millones al año.

Con la finalización del pago del servicio de la deuda ya muchos consideran inviable el reclamo paraguayo de una devolución de estos Uss 14.000 millones pagados de más y, por supuesto, desde el propio PT brasilero se sostiene dicha postura. Además, se considera que los usuarios brasileros son los que financiaron la mayor parte de la amortización de la deuda de Itaipú, omitiendo el hecho de que eso se debe a que Brasil utilizó históricamente el 93% de la producción total de la represa.

Esta situación de opresión se refleja aún a la fecha en la injusta cesión al lado brasileño de alrededor de un 70% de la parte que nos corresponde de la energía, la cual entregamos a menos de la mitad del precio de mercado.

Para colmo, con la amortización final de la deuda alcanzada pretenden ahora que les cedamos nuestra energía a un precio aún menor, cuando lo que deberíamos hacer es contratar la totalidad de la parte que nos corresponde, es decir el 50% de la potencia y energía de Itaipú y exportar a precios de mercado la parte que no usemos localmente, ya sea al mercado brasileño o a terceros países desde el 2023 como fue suscrito en el acuerdo Lugo-Lula el cual a pesar de encontrarse el propio Lula nuevamente en la presidencia del Brasil aún no se está aplicando.

La reducción de la tarifa de la ANDE

Con la finalización del pago de la deuda muchos plantean la reducción de la tarifa local de la ANDE. Esto sería perfectamente factible para las franjas de menor consumo, incluidas las de consumo residencial de las familias de clase trabajadora, sobre todo si se ejerce la soberanía energética exportando a precios de mercado nuestros excedentes y utilizando esos beneficios extra para la reducción de tarifas a dicha franja de usuarios. Solo que esta no es la hipótesis que se baraja aplicar.  

En ese sentido, no es recomendable la disminución indiscriminada de la tarifa eléctrica, por ejemplo para las grandes mansiones o para la tarifa industrial, la cual en nuestro país ya es aproximadamente 3 veces menor que la tarifa industrial de la región, y mucho menos cuando se pretende incluir en la categoría industrial a electrointensivas, como las fabricas de Hidrogeno Verde o Criptomonedas que consumen excesiva cantidad de energía sin producir casi nada de empleos ni valor agregado para el país. Por el contrario, se puede otorgar incentivos en la tarifa eléctrica a las industrias y empresas que generan una gran cantidad de puestos de trabajo formales con seguridad social, derechos de sindicalización y negociación colectiva garantizados a sus trabajadores.

El entreguismo del gobierno

El gobierno, a través de la ANDE, firma contratos con electrointensivas que van a empezar a operar después del 2023. Estos acuerdos se dan a partir de una tarifa muy por debajo de los costos actuales, adelantando así la posición -de un eventual próximo gobierno colorado- en cuanto a la renegociación del Anexo C de Itaipú, y la consecuente política tarifaria de la ANDE para el uso local, favoreciendo al lucro de empresas Electrointensivas transnacionales.

Desde el partido de los Trabajadores afirmamos que debemos exigir la devolución de todo lo que el Paraguay pagó de más en Itaipú.

No debemos aceptar una nueva reducción de la tarifa de exportación de nuestra energía de Itaipú antes de la renegociación del Anexo C por ser nuestra principal carta de negociación con el Brasil

Debemos ejercer nuestra soberanía energética contratando el 50% de la potencia de Itaipú y exportar nuestros excedentes a precios de mercado

Con los beneficios extra que obtengamos con la amortización final de la deuda de Itaipú y con el ejercicio de nuestra soberanía energética destinarlo a la reducción de la tarifa eléctrica para los trabajadores e impulsar el desarrollo invirtiendo en infraestructura eléctrica, transporte eléctrico, y en incentivos para la generación de empleos.