En este artículo queremos expresar el carácter de la coyuntura en que se enmarcan las elecciones municipales, la posición de nuestro Partido respecto a ellas, la importancia de efectivizar la consigna #ANRNuncaMás y, al mismo tiempo, los límites de ese planteo.
Por otra parte, explicamos por qué sostenemos el “Voto crítico” a candidaturas provenientes de la clase trabajadora, con posicionamientos de independencia de los proyectos burgueses, con un programa que no es revolucionario, pero que puede ser considerado clasista por la composición de las candidaturas, un “voto crítico” que al mismo tiempo contenga una política de exigencia hacia las mismas.
Las elecciones municipales abren un momento político que, para la mayoría de los partidos adaptados al régimen liberal, define, fundamentalmente, una eventual mejor ubicación en estructuras que permitan tener mejores posibilidades, no solo de disputa por el gobierno del país en las elecciones generales, sino la de arribar a escaños en el Congreso.
Para nosotros, en términos más amplios, expone, de manera distorsionada, la disposición de la clase trabajadora en torno al gobierno y al menú electoral en general.
El contexto
La crisis sanitaria dejó hasta el momento más de dieciséis mil muertos y cientos de miles de contagiados en el marco del desplome sanitario con el que debió cargar el pueblo trabajador. Miles son las familias destruidas en una tragedia que acumuló cadáveres, huérfanos, desesperación e impotencia y que con justa razón hemos denominado un verdadero genocidio; y, por otra parte, el quiebre económico de cientos de miles de suspendidos y despedidos, como de PYMES arruinadas.
La coyuntura nacional está caracterizada hoy -de manera más general- por las expresiones de la crisis socioeconómica “pos covid-19”, en especial lo que refiere al impacto económico, reflejado en la escalada inflacionaria, con tendencia al agravamiento. La contracara de ello es la recuperación de las tasas de ganancias de importantes sectores del capital (agroganadería, construcción, algunos sectores industriales, servicios, el capital financiero, etc.) dando cuenta de ello los informes del BCP respecto a la balanza de pagos y el crecimiento macroeconómico reflejado en el PIB.
En el ambiente se respira una combinación de cansancio, rabia e impotencia, un ambiente de pesadumbre que obedece a una convergencia de factores que se arrastran como producto de los momentos más duros de la crisis sanitaria y que tiene como elemento principal actual, el inicio del despliegue de los efectos más duros de la crisis económica.
Sin embargo, esta situación de agudización de la crisis económica, no ha abierto automáticamente un cambio en la dinámica del movimiento y en consecuencia en la correlación de fuerzas.
El gobierno lleva adelante la implementación de una serie de medidas que generó la reacción de parte del pueblo trabajador, fundamentalmente sectores campesinos e indígenas y algunos sectores de la clase trabajadora organizada (estatales, docentes y médicos). Sin embargo, la correlación de fuerzas no solo sigue siendo desfavorable, sino que venimos de sufrir embates con los distintos proyectos antipopulares que fueron promulgados por el ejecutivo, en consonancias con los sectores más reaccionarios de la burguesía nacional.
Balance y perspectiva de las luchas y el futuro inmediato
Es muy importante tener en cuenta la situación de la lucha de clases. ¿Estamos en una situación en la que los trabajadores y las masas ya no quieren saber nada de las elecciones? ¿El “fogonazo” de marzo pasado y la irrupción de un sector, especialmente de la juventud precarizada, sigue abierto? ¿La consigna de “ANR nunca más” se convirtió realmente en la consigna de masas que pudiera derivar en la consigna “Que se vayan todos”?
El descontento generalizado, debido fundamentalmente a los efectos catastróficos de la pandemia y a los desaciertos de este gobierno, puede producir algún debilitamiento de la confianza en lo electoral, sin embargo las masas seguirán apostando a las elecciones mientras no exista un proceso de movilizaciones permanente.
El proceso de luchas que se registró en marzo está cerrado, lo que no significa que no puedan abrirse nuevos procesos debido a los profundos problemas no resueltos, pero por de pronto no pareciera que puedan volver a darse en muy corto tiempo.
El gobierno está aprovechando este cambio favorable en la situación de la crisis sanitaria debido al aumento de las vacunaciones y, fundamentalmente, por la significativa reducción de muertes, contagiados e internados, lo cual le da una “oxigenación” importante.
La consigna de “ANR nunca más” sin dudas tuvo un destaque importante, pero no un alcance generalizado al punto que se pueda decir que está en jaque la estructura mafiosa colorada, más bien se limitó a expresar la rabia contra el gobierno de MAB por parte importante de la juventud y la izquierda en general.
La consigna “que se vayan todos” solo fue levantada por algunos grupos de vanguardia en los momentos más candentes de la crisis de marzo, pero no logró tomar la fuerza suficiente para arrastra hacia un impasse del gobierno producto de la movilización generalizada del pueblo trabajador.
Actualmente existen luchas aisladas y descoordinadas, en donde intervienen mayormente direcciones capituladoras, con intereses corporativos mezquinos, desde burócratas corruptos y traidores hasta punteros político de la ANR. Lo cierto es que no existen actualmente movilizaciones de envergadura que rompan con esas direcciones traidoras, que permitan plantear una Huelga General en contra del gobierno y la posibilidad de un levantamiento como el registrado en marzo.
El carácter de las alternativas municipales
Una primera reflexión que extraemos es que gran parte de las candidaturas que se presentan, la mayoría en disputa por concejalías, de todos los sectores y colores, buscan aprovechar el marcado agotamiento de la ANR, aunque sin presentar un programa de denuncia y confrontación a fondo contra el carácter de la estructura municipal, que no es otra cosa que la esfera más pequeña en la que operan los grandes capitalistas para desarrollar sus negocios, sobre todo en los grandes municipios.
Esto no significa desconocer el afán de cambio que la mayoría quiere ver, hastiada de la ANR y en menor medida de corruptos liberales asentados en algunos municipios. La mayoría de las organizaciones políticas reformistas, como los movimientos independientes, consideran que están dadas las condiciones para cambiar el tablero en las estructuras municipales y tener una mejor perspectiva para el 2023.
No es una disputa política común la que se avecina, sino que se da en el marco de una profundísima crisis del sistema. La lucha viva, con sus altos y bajos, se traslada de manera deformada al campo electoral.
Las limitaciones de los programas y las diferencias entre estos no desestima, sin embargo, el carácter del momento político, en donde la mayoría considera que existe el ambiente propicio para efectivizar la consigna #ANRNuncaMás, más allá que sea en el estrecho marco del escenario electoral municipal.
Los antecedentes del #ANRNuncaMás
Esta consigna ha prendido en parte importante del movimiento. En ese sentido, la rabia expresada en la consigna #ANRNuncaMás es la que se busca imprimir en este escenario, con el objetivo de desplazar a los colorados de los principales bastiones municipales e infligirle así un duro castigo, y presagiar lo que será el 2023.
Un detalle no menor es que la ANR ya estuvo desplazada del gobierno central (2008) como municipal en varios momentos, siendo el más significativo en la última década la producida en 2015 y los resultados no fueron muy distintos. Pactos de impunidad, corrupción, capitulación a la burguesía nacional, sometimiento al capital financiero, todo ello producto de alianzas de clases sociales prohijadas por partidos reformistas y direcciones traidoras.
Es por eso que decimos que la consigna #ANRNuncaMás es limitada, porque una cosa es que el Partido Colorado sea la principal estructura burguesa de dominación, otra cosa es obviar a sus cómplices que se reparten entre el PLRA, PPQ, y demás partidos de derecha, con la complicidad programática del arco de la izquierda reformista que no se rebelan ante la continuidad de la lógica en que opera el modelo capitalista, que es en el fondo la traba histórica que explica la barbarie en que vive el pueblo.
¿Por qué el voto crítico?
Si bien es cierto, la coyuntura electoral se dará en un marco de crisis social y política aún no cerrada, también es cierto que debido a que no existe una situación de movilizaciones permanentes, lo más probable es que ese descontento se canalice en el plano electoral. A pesar de la crisis pandémica, del desgaste del gobierno, a pesar del marcado descontento de sectores sociales importantes, no podemos decir que las masas “ya no quieren saber más nada de las elecciones”, reiteramos, si no se registran luchas importantes y aunque unas elecciones municipales no plantee ninguna solución de fondo a sus problemas más sentidos, representará un canalizador de sus esperanzas.
Nuestro posicionamiento histórico sobre las razones del por qué participamos en las elecciones burguesas es que las coyunturas electorales representan momentos propicios para hacer propaganda de nuestro programa, decimos que los trabajadores y activistas tienen la mente más abierta para escuchar las propuestas políticas.
Nuestra participación en las elecciones tiene un carácter táctico, es decir, tiene sentido en tanto y en cuanto puedan servir para fortalecer la movilización de los trabajadores y la construcción del programa, es decir, del partido revolucionario. En nuestra experiencia, cuando el partido tiene posibilidades de presentar candidaturas propias, se presenta con ellas, ello facilita levantar un programa electoral al servicio de la lucha por el socialismo.
Existen, sin embargo, situaciones en las cuales se impone la necesidad de conformar frentes electorales con otras corrientes de izquierda e incluso con corrientes reformistas para presentar una alternativa más fuerte para los trabajadores en confrontación con las principales estructuras políticas de los capitalistas, todo esto, como ya lo dijimos tiene un carácter táctico y siempre que la táctica esté al servicio de avanzar hacia los intereses de un proceso de transformación revolucionario.
En los sistemas electorales que permiten el balotaje, cuando nuestros partidos presentan candidaturas propias y, al término de la primera vuelta, los resultados electorales nos presentan una disyuntiva entre un proyecto de derecha y otro reformista para ser votados en segunda vuelta, comúnmente optamos por asumir un llamado al voto crítico al proyecto reformista con el objetivo de evitar que un proyecto reaccionario tome el poder. Pero no porque tengamos ninguna esperanza en un gobierno reformista, por el contrario, al mismo tiempo denunciamos su carácter estrecho y planteamos exigencias para desnudar esos límites ante el pueblo trabajador.
Teniendo en cuenta que se trata de una táctica, es absolutamente valida esta orientación. En nuestro caso, no sería correcto llamar al voto nulo solo porque las candidaturas que se presentan no son revolucionarias. Por un lado, aunque en estas elecciones no esté en juego precisamente la caída del Partido Colorado, puede sin embargo expresarse en ella un proceso de debilitamiento y esto es importante para la clase trabajadora y el pueblo porque al Partido Colorado lo definimos como el pilar fundamental del régimen, y, por ende, sostén principal del sistema capitalista en nuestro país.
En estas elecciones, habida cuenta que no hemos logrado presentar candidaturas y tampoco se ha podido conformar un frente electoral de los trabajadores y la izquierda, llamamos al voto crítico a estas candidaturas. Nosotros apoyamos la posibilidad de que los trabajadores opten por alternativas de su propia clase y, en ese sentido, que su conciencia pueda experimentar la ruptura con los partidos y proyectos de la burguesía, y porque concebimos que para que sean progresivas para los intereses de la clase trabajadora no es indispensable que sean revolucionarias.
Llamamos al voto crítico a todas aquellas candidaturas que presentan una alternativa independiente de los proyectos electorales de la burguesía, aquellos que por su composición son una alternativa clasista, ya que sus candidaturas las conforman luchadores sociales y sindicales de la clase trabajadora. En ese sentido son una alternativa progresiva.
¿Por qué nuestro llamado debe ser “critico”?
Nuestro llamado debe ser crítico, de exigencia, porque cualquier programa electoral si no es concebido dentro de un programa revolucionario, tarde o temprano será presa del reformismo. Nuestro posicionamiento es crítico y de exigencia, porque creemos que un programa electoral debe estar al servicio de agitar una política de oposición frontal a la burguesía, exigiendo no sólo los reclamos más sentidos de la clase trabajadora, sino también aquellos que por su naturaleza revolucionaria no podrán obviamente ser resueltas por el régimen burgués.
Exigimos avanzar en la discusión de un programa que partiendo de las necesidades más elementales de la clase ponga en perspectivas la necesidad de la toma del poder por la clase trabajadora e impulsar la construcción de una sociedad infinitamente más justa, la sociedad socialista.
En breve síntesis, un programa que se oponga frontalmente a los planes neoliberales, a las privatizaciones, a la flexibilización laboral, a las precarizaciones de las condiciones de trabajo. Que denuncie y ataque el intento de apropiación de los fondos previsionales por parte de los grupos de poder y con ello la privatización de la seguridad social, que aborde el problema de género desde la perspectiva de clase y proponga salidas revolucionarias. Que plantee la lucha democrática contra la violación de los derechos de los trabajadores, contra la represión sindical y política y por la libertad de los que luchan y, finalmente, que llame a construir un partido revolucionario para que la clase trabajadora arrebate el poder a la burguesía para impulsar la construcción del socialismo.