En los últimos días se produjeron varios cortes de energía eléctrica, en algunos casos abarcando grandes zonas del territorio nacional, coincidiendo con las altas temperaturas, superior a los 40°C y casi 50°C de sensación térmica, que para cualquier persona resulta casi insoportable sin ventiladores o acondicionadores de aire. A esto se sumaron las pérdidas generadas en la producción y la ruptura de la cadena de frío para conservar alimentos o medicamentos.

Estos sucesos motivaron una indignación generalizada contra la ANDE y avivó los discursos privatistas que hablan de la corrupción e ineficiencia de la administración estatal, presentando la liberalización del sector eléctrico como la salida para evitar cortes como los registrados, cuando en realidad lo que pretenden es apropiarse de un recurso estratégico para lucrar.

Según las explicaciones de los técnicos de la ANDE los cortes se debieron a un incendio de grandes extensiones de pastizales y vegetación en la zona de Emboscada (Cordillera) debajo de las líneas de transmisión de 500KV que conecta Itaipú con la estación de Villa Hayes, lo cual produjo un cortocircuito que hizo que las protecciones se activaran desconectando las líneas.

Días después volvieron a registrarse varios cortes que se atribuyeron a problemas de variación en la frecuencia en el sistema eléctrico argentino, que actualmente se encuentra integrado al de nuestro país junto con los sistemas de Uruguay y Brasil, que deben estar sincronizados y que operan integradamente con un nuevo sistema denominado Esquema de Control de Contingencias de ANDE, que según el presidente de la ANDE está operando correctamente porque su misión principal es proteger las instalaciones para evitar mayores daños, pero necesita ajustes.

¿Cuáles son las explicaciones que se omiten dar?

A las explicaciones técnicas oficiales hay que agregarle la falta de inversión en nuestra infraestructura eléctrica lo que permitiría contar con los elementos necesarios para dar mayor seguridad al sistema y evitar los cortes en caso de presentarse eventos como los ocurridos. Un ejemplo concreto es invertir en más líneas de transmisión para que si una cae poder usar otra como alternativa, también en la distribución se debería prever siempre un elemento redundante como un transformador más y así dar mayor garantía al funcionamiento del sistema.

El Plan Maestro de la ANDE prevé una inversión mínima necesaria de 1000 millones de Uss anuales, cuando la inversión actual es de apenas 300 millones de Uss al año dependientes en su mayor parte de préstamos o de donaciones de Itaipú que a su vez dependen del manejo discrecional del gobierno de los Fondos socioambientales de Itaipú.

¿Es posible tener mayor inversión en la infraestructura eléctrica del país?

La posición del Presidente Santiago Peña es buscar aumentar la inversión elevando la tarifa de Itaipú al nivel que tenía antes de cancelarse el pago de la deuda, que representaba el 60% de dicha tarifa. Esta pretensión del gobierno de Peña choca con la posición del gobierno de Lula de bajar la tarifa lo máximo posible.

La posición de Lula obedece a los intereses del capital industrial paulista, por lo que en la práctica lo máximo a lo que puede aspirar Peña es a obtener una tarifa intermedia con lo cual podrá capturar de Itaipú mucho menos recursos que los 1000 millones de Uss anuales que requiere el Plan Maestro de la ANDE, y en consecuencia de esta forma continuará la desinversión y el desabastecimiento del sistema.

La alternativa que el gobierno entreguista de Peña se niega a aplicar es la contratación del 50% de la energía de Itaipú y exportar nuestros excedentes a precios de mercado al Brasil o a terceros países aprovechando la integración con los sistemas eléctricos de estos países que ya permite técnicamente la exportación de nuestra energía, lo que nos permitiría obtener un beneficio mayor a los 3000 millones de Uss anuales, es decir 3 veces más de lo que se requiere para el Plan Maestro de la ANDE.

El gobierno busca mayor energía para grandes negociados 

 La situación actual de nuestro sistema eléctrico nacional demuestra que tampoco es una alternativa viable pretender utilizar inmediatamente toda nuestra energía localmente, mucho menos cuando lo que se pretende, ante el fracaso de las negociaciones con el gobierno del Brasil, es entregar grandes cantidades de nuestra energía a electrointensivas como las plantas de “Hidrógeno Verde”, los Data Center y peor aún a la Criptominería.

Estos últimos son los grandes responsables de introducir distorsiones y contribuir al colapso del sistema eléctrico nacional, sobre todo por la gran cantidad de apropiación de energía que realizan, e inclusive las que cuentan con conexiones legales deberían prohibirse en condiciones de emergencia energética.

Pero incluso, en condiciones normales es necesario desincentivarse la proliferación de estas empresas aplicándoles una tarifa progresiva especial más alta cuanto más energía consuman y no al revés, como sucede con la aplicación directa del pliego tarifario normal de la ANDE con lo cual en la práctica se le vende a un precio inferior al que se exporta al Brasil solo con las compensaciones, lo cual aumentaría mucho más si se exportara a precios de mercado.La política del gobierno en los hechos es subsidiar e incentivar estas actividades que no generan empleo, ni produce ningún valor real para la sociedad, pero consume inmensas cantidades de energía para la especulación financiera y el lucro de unos pocos.

La privatización, la peor salida

Por otra parte, los que propugnan que la privatización es la solución omiten que el avance de las tercerizaciones es justamente la causa del mal servicio, ya que cada vez mayor cantidad de servicios de atención a reclamos está tercerizado y las empresas contratistas siempre anteponen el afán de lucro al buen servicio e incluso a la seguridad los trabajadores tercerizados que cuentan con condiciones laborales precarizadas.

Además al sector privado no le interesa invertir en nueva infraestructura eléctrica, sino apropiarse de la infraestructura ya existente, de hecho ya se encuentra aprobada la ley de producción independiente de electricidad y muy pocos “emprendedores” están dispuestos a realizar inversiones nuevas en infraestructura eléctrica de generación, transmisión ni distribución por no considerarlo rentable ni poder competir con los bajos costos de las hidroeléctricas y de las tarifas de la ANDE.

Lo que pretenden es adueñarse de la gallina de los huevos de oro privatizando un monopolio natural y vender nuestros excedentes mediante comercializadoras privadas apropiándose de los beneficios.

Para conseguir esto es que se impide que la ANDE contrate el 50 % de la producción de las binacionales y exporte nuestros excedentes a precios de mercado, con lo cual habría recursos suficientes para encarar las inversiones necesarias en la infraestructura eléctrica, tanto en generación, transmisión y distribución y aún sobrarían recursos para ampliar la tarifa social para los sectores vulnerables y el pueblo trabajador.

¿Qué debemos exigir?

Debemos exigir que se ejerza de una buena vez por todas nuestra soberanía energética para mejorar las condiciones de vida del pueblo trabajador fomentando el desarrollo industrial de los sectores productivos que generan empleo y valor agregado y desincentivar la instalación de electrointensivas extractivistas de nuestra energía que no generan empleo ni desarrollo para el país.

En lugar de esto desde la alta gerencia de la ANDE se plantea la impopular medida de analizar un aumento tarifario general, que exaspera todavía más a los usuarios, y prepara el escenario para la privatización.

Desde el Congreso se anuncia que se solicitará una interpelación al titular de la ANDE, ya que el gobierno no está conforme con el funcionamiento de la institución y se le exigirá «soluciones». Sin embargo, nada se dice del desangre a la ANDE con el aporte intergubernamental y los años de desinversión, privándole del lucro del 8% que establece su carta orgánica, negándole la recuperación de su autarquía lo que le daría la agilidad que una empresa estratégica como la ANDE necesita para encarar las obras necesarias que muchas veces se retrasan por procedimientos burocráticos y disputas entre los contratistas.

¡No a la Privatización!

¡No más desinversión en la ANDE!

¡Que la ANDE contrate el 50% de las binacionales y exporte nuestros excedentes a precios de Mercado!

¡Fuera las electrointensivas y la criptominería que distorsionan y sobrecargan el sistema eléctrico nacional!

¡Por la recuperación de la Autarquía de la ANDE para el fortalecimiento del Sistema eléctrico nacional!