El Partido Colorado ha hecho de los fraudes electorales parte de su historia, sirviendo las maniobras antidemocráticas como una práctica para desplazar a la oposición, incluso en las contiendas al interior de su propio partido. No es de extrañar que los cuestionamientos que hoy se señalan sobre el proceso eleccionario reciente puedan constituir y sustentar la ocurrencia de un fraude electoral.

Los indicios que hasta ahora se han puesto a la luz y la renuencia de la propia Justicia Electoral a proceder a la apertura del cuarto sobre –que contiene los votos impresos- para cotejar los resultados exponen la falta de disposición de transparentar el proceso, y pudiendo derivar por lo tanto en una vulneración de una institución fundamental en la democracia liberal que es el respeto a los resultados genuinos de los comicios, quebrantándose así la voluntad popular y la legitimidad.

Si bien sabemos los límites de la democracia de y para los ricos, no se puede dejar de denunciar los graves cuestionamientos que se exponen y que movilizan a importantes sectores de la población con justa razón.

Consideramos que toda la rabia expresada es legítima y ella tiene como base toda la miseria que se vive ante la carencia de las cuestiones más elementales para sostener una vida digna. El hartazgo se hace presente en las calles ante tantos años de robo, corrupción y miseria para el pueblo.

La dirección de estas movilizaciones es Payo Cubas, quien canaliza esa indignación contra “todo lo que está allí”, y teniendo como modelos a varias tristes figuras del autoritarismo de derecha Trump, Bolsonaro, Bukele, Meloni, etc. Arrastra a miles que creen encontrar en su figura una alternativa. Confusión, miedo, rabia, crisis de conjunto, se constituye en un caldo de cultivo para que brote expresiones personalistas y autoritarias como las de Cubas, quién minimiza el estupro de uno de sus amigos, o el trato violento de alguno de sus representantes hacia dirigentes y comunidades indígenas.

A pesar de que Payo exprese todo el hartazgo popular legítimo, la detención y procesamiento del mismo y de cientos de personas es el resultado de la brutalidad criminal de la Policía Nacional y de la arbitrariedad y selectividad de los órganos de justicia, quienes proceden a criminalizar a quiénes exigen transparencia electoral, y hacen la vista gorda y son cómplices de lavadores, ladrones de guantes blanco y corruptos de toda laya.

En base a todo lo expuesto, al tiempo de manifestar la completa oposición a la propuesta política de Cubas, es necesario salir a denunciar y luchar por la libertad de Cubas y de todas las personas criminalizadas en estos días de manifestación y exigir la transparencia del proceso eleccionario sin la cual no habrá legitimidad alguna.

Secretariado Ejecutivo Nacional – Partido de los Trabajadores

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