¿El gobierno de Lugo fue un bálsamo para la clase trabajadora y el de Alegre será su continuidad?
Por Eduardo Aguayo
El proyecto Lugo fue responsable de la desviación vergonzosa de la mayoría de las organizaciones con la complicidad de cierta “izquierda” que esperaron en la estrategia reformista días mejores a nuestras vidas; la política del “poncho jurú” desbarató a la mayoría de las organizaciones sociales que confiaron en ese proyecto de alianza de clases que finalmente los preparó para la derrota sin luchar. El luguismo pisó el freno de las luchas y sembró la confusión en el movimiento popular. El estancamiento y desorganización nos dura hasta el día de hoy.
Es evidente que los gobiernos de Lugo y Cartes no fueron iguales, es claro que el régimen no fue exactamente el mismo, es cierto que hubo diferencias de gradualidad en la represión, en la persecusión, en los desalojos, en la criminalización y, por supuesto, también en los niveles de asistencialismo social.
El gobierno de Cartes significó un endurecimiento del régimen, violando garantías y derechos democráticos, pero esperar que el de Efraín Alegre represente una recuperación de dicho retroceso es una ingenuidad. No decimos esto a partir de percepciones o sentires, sino mirando los antecedentes durante el gobierno de Lugo.
Veamos algunos números de Lugo en su política de reforma agraria en el norte para apreciar los matices
Durante el año 2009 se realizaron tres operativos con agentes de las fuerzas públicas en el norte del país. El primero de ellos se denominó “operativo Jeroviá”, este involucró a policías y militares, abarcó las zonas de Tacuatí (San Pedro), y Kurusú de Hierro (Concepción); el segundo “operativo Triángulo” comprendió distintas zonas del departamento de Concepción; y, el tercero “operativo Sombra” se realizó tambien en el departamento Concepción.
En julio de 2009, frente al Ministerio del Interior, se manifestaban distintas organizaciones campesinas muchas de las cuales apoyaron activamente la campaña electoral luguista (entre ellas MCNOC y OLT), denunciando al gobierno por represor de campesinos, entre otras cuestiones referente a la indolencia con relación a la reforma agraria. [1]
En el 2010, se implementó el operativo “Jaguareté” en las mismas localidades afectadas por el operativo “Sombra”; el operativo “Pya guapy” implementado bajo Estado de excepción (Ley N° 39994/2010, en los departamentos de Concepción, San Pedro, Amambay, Alto Paraguay y Presidente Hayes, por un periodo de 30 días).
En el 2011, a través de la Ley 4473/2011, se declaró nuevamente Estado de Excepción en los departamentos de Concepción y San Pedro por un periodo de 60 días. (Informe Derechos Humanos, Codehupy, OMCT & CCPR, 2013).
En junio de 2010, Lugo, acatando las recetas del plan colombia, promulgó la Ley antiterrorista, otorgando así el marco legal para dar aún mayor cobertura a la criminalización de la protesta social. [2]
Cartes con la creación de las Fuerzas de Tareas Conjuntas y la Ley Defensa Nacional y Seguridad Interna condensó en otras herramientas lo que el gobierno Lugo venía realizando con otro ritmo y a través de otros mecanismos.
El gobierno progresista pro privatización
El gobierno de Lugo intentó privatizar el aeropuerto a través de la Alianza Público Privada en 2011, pero luego retrocedió por la reacción de los trabajadores. Ya en el gobierno Cartes, Lugo se volvió a ratificar -en una audiencia pública- que estaba de acuerdo con esta forma velada de privatización, pero no de la manera en que llevaba adelante Cartes. [3] Es decir, tenía una simple discordancia de formas.
El gobierno de Lugo –con sus gradualidades como régimen burgues- preparó el camino para la llegada nuevamente del partido colorado. Y aquí estamos, hablando nuevamente de elegir el látigo y el verdugo de turno menos hiriente.
La responsabilidad es nuestra, compañeros
La política revolucionaria es la que hace abrir los ojos a los explotados, a quienes se resignan a seguir sosteniendo banderas que queman, aguantando la miseria solo porque no ven otra salida.
Que miles de trabajadores sigan estando atrapados en las viejas estructuras burguesas, que los que rompen sólo sea para ir al reformismo decadente, a los espacios “progres” y pequeño burgueses, a nuevos grupos de “honestos” reaccionarios de derecha, es responsabilidad política de la vanguardia de izquierda que es incapaz de forjar otra salida y allí debemos incluirnos todos los que no hemos sabido encaminar de mejor manera la labor política en la clase.
Que ninguna opción de izquierda hable de socialismo como salida estratégica es una pauta de que se ha perdido el rumbo. Hoy no existe lastimosamente ninguna opción electoral que llame a votar candidatos o candidatas de la clase trabajadora, en base a un programa clasista, revolucionario, internacionalista y socialista.
Pero más allá de la imposibilidad de haber podido conformar candidaturas obreras y campesinas, parte del a-b-c de los que nos reivindicamos marxistas-leninistas es que los trabajadores comprendan que la lucha de clases debe apuntar a un gobierno de los trabajadores, pero jamás a la adaptación al sistema en búsqueda de reformas como los que optan por el mal menor.
Que la memoria no sea corta
Es entendible que cuando irrumpen opciones de marcado signo socialdemócrata, con diferencias discursivas -e incluso con una operatividad distinta- a las concepciones tradicionales de la derecha, éstas despierten cierta expectativa en los trabajadores y depositen su confianza en esos supuestos “gobiernos de cambio”. Pero que hoy los propios socialdemócratas -Lugo y cía- llamen a confiar en quien señalaban como su verdugo da para pensar.
La alianza de clases propiciada por el FG-PLRA terminó con la socialdemocracia en donde históricamente ha concluido siempre, en la cuneta de la historia, sirviendo a la derecha para su rearme e irrupción. El gobierno de “poncho jurú” fue políticamente responsable de la tragedia más grande sufrida por el movimeinto campesino, la masacre de Curuguaty. Paradójicamente el actual candidato Alegre (entonces Presidente de la Comisión permanente del Congreso) interpelaba al Ministro luguista Filizzola a cumplir el desalojo de la ocupación campesina de Marina kue[4].
Uno ya no identifica si realmente es la ingenuidad, es simple oportunismo, es la presión electoral o una combinación de todas la que nuevamente se apodera de tanta gente capaz y luchadora que llaman a la resignación, a elegir al patrón menos cruel.
El Frente Guasú fue una traba, un freno -políticamente hablando- funcionó como fusible para la burguesía que se rearmó con Cartes para avasallarnos y vapulearnos. Luego del juicio político a Lugo –apoyado por sus entonces “aliados” que hoy, nuevamente, de alguna manera extraña, ya redimidos son la cabeza de la nueva aventura- dejaron a las organizaciones desorientadas, maltrechas orgánicamente a raíz la represión, del miedo, y con nula capacidad de reacción.
Las luchas contra el gobierno de Cartes fueron insuficientes para revertir la dinámica de atropello a derechos y garantías democráticas, la venta del patrominio estatal y ni que decir, para frenar el endeudamiento meteórico vía bonos; que no tuvo resistencia real alguna por parte de ningún sector organizado de la clase. Las pocas victorias en el último periodo de sectores estratégicos fueron excepcionales, pero sobre todo, fueron siempre en un marco defensivo y no de conquistas.
Hay que rechazar a ambos candidatos de la derecha, votar nulo es una expresión de protesta, pero no para que sea un mero acto simbólico, sino para que sirva de puntal para organizarnos, para preparar nuevas luchas, organizar una salida independiente y que sea realmente útil a la reoganización de sindicatos, organizaciones campesinas y populares con un programa clasista e independiente.
Los que tienen como horizonte insalvable estas elecciones como el camino que nos queda para rearmarnos, son los que terminan adaptados a la salida que otorga el sistema que nunca será la que nos sirva a nosotros para cambiar nuestras vidas. Los que llamamos a no confiar en estos que negociarán sus intereses en el congreso, somos los que tendremos autoridad para llamar a la clase trabajadora a luchar desde el primer minuto del siguiente gobierno.
[1] http://www.ultimahora.com/el-gobierno-lugo-es-acusado-ser-el-que-mas-reprime-n238719.html
[2] http://www.ultimahora.com/lugo-promulga-polemica-ley-contra-el-terrorismo-n333568.html
[3] https://www.youtube.com/watch?v=rsBfYiaKkso
[4] ea.com.py/v2/oscar-tuma-es-el-responsable-del-desalojo-que-produjo-17-muertos-en-curuguaty-segun-wagner/