El año que se cierra en nuestro país fue, al igual que los anteriores, un periodo en el que continuó acentuándose la crisis para el pueblo trabajador. Si bien fue distinto por la superación de los efectos más dramáticos de la pandemia, los coletazos de esta respecto a los efectos colaterales se pronunciaron con fuerza, en especial en lo que refiere a lo económico.

En cuanto a la dinámica de la lucha de clases, esta sigue siendo desfavorable para la clase trabajadora, que no sólo sigue en la defensiva, sino sigue sin mostrar signos de una reacción en lo inmediato. Las disputas interburguesas continuaron al rojo vivo, expresándose ello al interior del principal aparato político de la burguesía nacional, el Partido Colorado.

El empeoramiento de la crisis económica en el horizonte

Todas las cifras que dan cuenta de una leve recuperación en la balanza de pagos respecto a las importaciones, el insignificante descenso inflacionario, la recuperación relativa de las PYMES deben ser analizados en perspectiva de un proceso de recomposición mínima tras una contracción pronunciada de la economía. Es decir, lo que se vive es un efecto rebote tras una profunda caída como consecuencia de la pandemia, circunstancia que se da a nivel mundial.

Los datos macroeconómicos que presentan los organismos financieros nacionales como internacionales (BCP, FMI, BM, BID, etc.) reflejan fundamentalmente los intereses y proyecciones de los grandes capitalistas en el país y en la región, sin tener ello ninguna repercusión real por abajo.

En ese sentido, todas las instituciones que sondean la dinámica económica a nivel mundial no sólo son cautas al momento de realizar pronósticos, sino que presagian una situación desfavorable a nivel mundial. El FMI de hecho señala que lo más probable es que en Latinoamérica, como en el resto del mundo, se produzca una nueva recesión económica con todos los efectos que ello conlleva, afligiendo de manera desigual a los distintos países1.

Las vendettas interburguesas en todo el año

El 2022 estuvo cruzado por la atmosfera electoral en términos generales, pudiendo explicarse varios de los hechos políticos más resaltantes a partir de las disputas internas, fundamentalmente en la ANR[1].

Los ataques y contraataques al interior del principal aparato mafioso de la burguesía, el Partido Colorado, ha significado no sólo un clima de mayor hostilidad entre los representantes de las dos principales facciones, sino, al mismo tiempo, ha generado la efectiva caída de elementos ligados a lo más facineroso de estos grupos, así como la intervención del propio imperialismo a través de la embajada norteamericana.

En ese sentido, la caída y procesamientos de clanes ligados al narcotráfico (El Diputado Osorio, el Diputado Erico Galeano, el empresario Alberto Koube, entre otros pesos pesados) o sectores desvergonzadamente corruptos (el ex Gobernador Hugo Javier, Ramón González Daher, entre otros) hacen parte de este escenario de enfrentamientos.

El procesamiento de peces gordos no trastoca en absoluto la operatividad de la mafia colorada; caen circuitos comprometidos con una u otra facción, por lo general aquellos que actúan de manera muy desvergonzada por la impunidad de la que se valieron durante tantos años.

Lo que no puede desconocerse es que la bajada del pulgar de la embajada norteamericana respecto a Cartes[2] y Velázquez[3] no se agota sólo en la eventual extradición de ambos mafiosos para su procesamiento en EEUU, sino en la repercusión que ello tendría no sólo en lo inmediato para el aparato colorado, sino para el futuro de dicho partido, pues podríamos estar ante un viraje de la política yanqui en cuanto al apoyo a dicha estructura burguesa para pasar a poner sus fichas en el otro sector burgués tradicional, el cual ofrece mayor previsibilidad y no riñe con los propios intereses imperialistas en la región.

La degradación de las instituciones del régimen liberal tiene su correlato en la mayor inserción de la mafia ligada al narcotráfico y otros crímenes, reflejado en el aumento del sicariato que ya no se reduce a zonas de frontera desde hace varios años.

En el contexto de las elecciones internas coloradas se intensificó la polarización entre ambos sectores, al punto que el “abrazo republicano”, si llega a darse, aparentemente será una mera fachada considerando los antecedentes y repercusiones de los ataques.

En realidad, dicho abrazo es necesario si la ANR pretende disputar de manera seria los próximos comicios, pero a esta altura los acuerdos para los negocios conjuntos que puedan repartirse parece ser una posibilidad lejana. Lo cierto es que la continuidad de su división pone en mejores condiciones a la oposición para una victoria.

La oposición, una alternativa burguesa neoliberal pero que sería significativamente más débil.

Del otro lado del escenario burgués, el PLRA con Alegre[4] a la cabeza, terminó ratificando su preponderancia en la oposición. Hay que reconocer que Alegre ha sido la cabeza visible de la denuncia contra el mafioso de Cartes y motoriza el aparato más fuerte de la oposición. La dupla que hace con Soledad Núñez[5] es la alternativa burguesa que se presenta al siniestro partido colorado.

Esta dupla liberal lidera la concertación con otros sectores de derecha y de parte de la izquierda reformista, es el rearme ya no de un frente popular, sino de un proyecto burgués alternativo. Es un programa de cabo a rabo liberal, que se proyecta como un sector del capital más apegado a la institucionalidad burguesa y que concentra al grueso de la burguesía no colorada que tiene más chances de salir airosa en las elecciones del año próximo.

Por otro lado, el sector mayoritario del Frente Guasu[6] decidió apoyar al proyecto burgués y representante de un sector de la masonería, Euclides Acevedo, quien ha actuado siempre como una quinta columna del partido colorado. Acevedo proviene de la socialdemocracia (PRF) sector del cual fue apartado y tiene como antecedente inmediato haber ocupado dos ministerios en el actual gobierno corrupto de Mario Abdo Benítez.

Luego de las internas, referentes del FG que apoyan a Euclides han planteado que “se requiere pensar en la necesidad de la unidad no solo en los marcos de la concertación, sino como oposición en su conjunto”, por el momento Efraín no muestra mucho interés en negociar nada con ellos.

Euclides ha sido identificado siempre como un charlatán, oportunista y corrupto y hoy arrastra tras de sí a descompuestos del campo popular, entre ellos, Bernardo Rojas (CUT-A)[7]. El grueso del Frente Guasu, al no tener cabida en la concertación capitaneada por Efraín Alegre, fue a parar en los brazos de Acevedo para así intentar negociar con Alegre un acuerdo para unificar a toda la oposición, perspectiva hasta hoy lejana, atendiendo a la decisión de Acevedo, por lo menos hasta ahora, de mantener su candidatura hasta el final.

La otra candidatura independiente, con cierta relevancia, es el proyecto de Payo Cubas a la presidencia. El proyecto de Cubas tiene un alto contenido nacionalista y populista. A pesar del destaque que obtuvo en su banca en el senado no fue capaz de articular con ningún sector a causa de su excesivo individualismo y de sus propuestas, muchas de las cuales son delirantes. Su irreverencia ante los poderes logró alta simpatía en los sectores populares, sin embargo, el grado de desequilibrio y excentricismo genera a la vez desconfianza.

Según algunas opiniones de referentes de la oposición, Cubas tendría incluso mayor caudal en intenciones de voto que Euclides Acevedo. Exponentes de la Concertación vienen planteando conversaciones con este proyecto con miras a una unidad de la oposición.

La clase trabajadora desmoralizada y sin norte

La realidad de la clase trabajadora en nuestro país es que está profundamente golpeada, sin ninguna referencia real. La mayoría de los sectores de izquierda están completamente adaptados al régimen liberal y no son una alternativa de apoyo para las luchas.

Durante todo el año se han registrado derrotas en todos los ámbitos. En el campo no sólo avanza y se consolida cada vez más el capital agroganadero, sino que el campesinado que resiste lo hace absolutamente desamparado, con sus referentes prendidos al electoralismo detrás de opciones burguesas que no generan la más mínima esperanza.

En el sector urbano los sectores sindicales también continúan en el letargo. La mayoría de sus representantes están en el ruedo electoral y no tienen otro horizonte que reivindicaciones económicas y alguna que otra reivindicación democrática aislada.

Los sindicatos del sector público ni siquiera pudieron revertir la violación a sus contratos colectivos de trabajo, sacando algunas migajas compensatorias que benefician solamente a los burócratas de turno. Otros bajaron los brazos en la espera de una reprogramación presupuestaria a mitad de año.

La mayor parte de la dirigencia sindical no sólo es profundamente prebendaría, corrupta y burocrática, sino en el último tiempo, aquellos sectores que mantenían por lo menos una identificación más o menos clasista terminaron cooptados por el gobierno, siendo ejemplos claros gran parte de la Comisión Directiva de uno de los sindicatos más importantes del país como el SITRANDE[8] y la central en la que se encuentran, la CUT-A.

El resto del sindicalismo que mantiene una posición clasista y combativa está profundamente atomizado (CCT[9], ASC[10], CSC[11]), sin posibilidad en lo inmediato para constituirse en una alternativa para movilizar a los trabajadores y romper con las viejas estructuras de la burocracia sindical.

Un pequeño soplo de esperanza

Durante todo el año se dio especial destaque a los múltiples problemas que pasan los asegurados del Instituto de Previsión Social (IPS) ante el descalabro del sistema de salud como producto de la corrupción ligada a las licitaciones amañadas y sobrefacturaciones de diversos servicios, los negociados en torno a la provisión de medicamentos y el desabastecimiento como una de sus consecuencias, la cada vez mayor precariedad en la atención; conllevando negligencia médica criminal en muchos casos.

La rabia e impotencia generada era enorme en amplios sectores de la clase trabajadora, haciéndose eco los grandes medios de comunicación de los groseros escándalos relacionados a la previsional.

A comienzos del año un grupo de trabajadores y jubilados se decidieron no sólo a realizar una campaña de denuncias señalando la complicidad que se da entre los administradores de la previsional, el gobierno y el sector privado que parasita el ente, sino poniendo en perspectiva la creación de una asociación que nuclee a activos y jubilados para salir a luchar.

El proyecto cobró vida rápidamente, avanzando en la organización y movilización contra los responsables de toda la corrupción y de todo lo que ello acarrea expresado en las penurias de trabajadores y jubilados que recurren al ente.

A pesar de que esta asociación impulsó movilizaciones, escraches y otras acciones de protesta, las mismas resultaron aún bastante débiles, más allá del destaque mediático que lograron tener.

Producto de la desorganización de los asegurados y la debilidad de los gremios existentes, la Ley Samaniego fue sancionada y promulgada a tambor batiente y con ello se pone en marcha la ejecución de préstamos millonarios para pagar deudas fraudulentas a la industria farmacéutica y, al mismo tiempo, se ponen en peligro los fondos jubilatorios.

Por otra parte, no se puede dejar de mencionar que la Ley Samaniego fue aprobada con la complicidad de las Centrales de Trabajadores traidoras de la CUT; CUT-A; CNT.

El nacimiento de la Asociación Nacional de Asegurados del IPS puede constituirse en un embrión de la reorganización, no sólo de los asegurados del IPS, sino puede tener la potencialidad como un polo de atracción para otros sectores del campo social y popular.

Derrotas significativamente duras

El reflejo de la situación de lo arriba descripto es la dura derrota que significa aspectos estratégicos para la clase trabajadora para el presente y el futuro, entre ellos, sin duda el más significativo es la pérdida de la soberanía energética que se viene dando en el marco de las negociaciones camino a la renegociación del Anexo C.

La nula reacción del SITRANDE obedece a la cooptación de parte de su dirección por el gobierno, como indicáramos más arriba. Era la única organización de la clase trabajadora con capacidad real de montar una campaña de movilización y lucha para galvanizar al resto del movimiento y ser un dique de resistencia ante el entreguismo del gobierno.

En el campo las cosas no están mejor, se aprobó la Ley Zavala-Riera que aumentó el marco punitivo de la figura de Invasión de Inmueble ajeno, convirtiendo así las ocupaciones de tierras de delitos a crímenes, con lo que se endurece el derecho penal que se utiliza ahora como un garrote mucho más eficaz contra las organizaciones campesinas e indígenas que fueron duramente desalojadas, imputadas y encarceladas a lo largo del año.

Las principales dirigencias campesinas, con peso real y capacidad de movilización están enfrascadas fundamentalmente en las elecciones, pasando a un segundo plano las luchas por la tierra, dejando que estas se diriman en el campo judicial con el asistencialismo que les prestan ONGs y compañía.

La necesidad urgente de la reorganización

Más que nunca es necesario reorganizarse en torno a un programa político que levante la independencia de clase, que busque incansablemente la movilización de la clase trabajadora como único método para alcanzar las reivindicaciones actuales y las históricas y avanzar así hacia un gobierno obrero y revolucionario que apunte como única alternativa de solución ante tanta barbarie a la construcción de un modelo social diametralmente opuesto al que vivimos, una sociedad socialista.

 

[1] Asociación Nacional Republicana – Partido Colorado.

[2] Horacio Cartes, ex presidente de la República. Empresario ligado a varios rubros, en especial al sector tabacalero, considerado el principal exponente del contrabando y del lavado de dinero en el país.

[3] Hugo Velázquez actual Vicepresidente de la República, hombre del primer anillo del oficialismo.

[4] Efraín Alegre, presidente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), principal candidato de la oposición para las elecciones presidenciales de abril del año 2023.

[5] Ex ministra del ex presidente Horacio Cartes.

[6] Frente de partidos de izquierda reformistas, cuya principal figura es el ex presidente Fernando Lugo.

[7] Bernardo Rojas es presidente de la Central Unitaria de Trabajadores Auténtica (CUT-A).

[8] Sindicato de Trabajadores de la Administración Nacional de Energía Eléctrica.

[9] Confederación de la Clase Trabajadora.

[10] Acción Sindical Clasista.

[11] Corriente Sindical Clasista.