Este primero de mayo, día histórico de la lucha internacional de la clase obrera, encuentra en nuestro país un escenario silencioso cuando existen razones más que suficientes para que se expresen por todas partes las denuncias de explotación, barbarie y miseria que vive el pueblo trabajador.
La apatía tiene como explicación fundamentalmente el ambiente electoral que acaba de concluir con las elecciones el día de ayer, situación que atrapa al conjunto que aún tiene expectativas de que las urnas sirvan para cambiar los destinos de la clase trabajadora y no la intensificación de las luchas en las calles hasta que sea la clase obrera la que tome el poder en sus manos.
Pero además de la coyuntura electoral que deja en un segundo plano el 1° de mayo, no se puede desconocer el letargo que sigue viviendo la clase trabajadora producto de la falta de organización, las traiciones de las burocracias, el descreimiento y la persecución sindical como factores que confluyen para explicar tanta debilidad.
Agudización de la desocupación y la pobreza
La situación de crisis económica brutal se refleja en los datos que arrojan los informes oficiales como la Dirección General de Estadística y Censo respecto a niveles de pobreza y extrema pobreza, así como los datos de desocupación y sub ocupación que pueden ser contrastados con otras fuentes científicas no oficiales.
Los datos arriba referenciados se hallan relacionados a la pérdida del poder adquisitivo de los salarios que tienen un desajuste del 40% aproximadamente; a la inflación que tuvo un freno relativo, pero cuyo descontrol sigue latente atendiendo a las condiciones externas e internas inciertas; la política fiscal inequitativa, entre otros factores.
El sistema capitalista a nivel mundial atraviesa una crisis cada vez más aguda y la tendencia es que la misma se agudice debido a la mayor virulencia en la guerra comercial entre China y EE.UU.; la continuidad de la guerra entre Rusia y Ucrania y todo lo que ello comporta para los intereses del imperialismo europeo como norteamericano; el inicio de un nuevo derrumbe del sistema financiero registrado con la caída del Silicon Balley Bank y los demás bancos afectados.
En síntesis, se vive en todas partes situaciones de mayor miseria: precarización brutal en los lugares de trabajo, desocupación crónica, hambre, violencia hacia las mujeres y los sectores oprimidos. El lema socialismo o barbarie sigue más vigente que nunca, pero para superar esta crisis que vive la humanidad dependerá de la reacción de la clase obrera organizada.
Crecimiento para los ricos
Varios organismos hablan de que este año 2023 habrá una recuperación económica y un crecimiento importante estimado en un 5% aproximadamente, reflejado en las proyecciones respecto al PIB que maneja el BCP, la Cepal el FMI y otros organismos. Este optimismo de los organismos citados básicamente parte de la consideración que se registrará un efecto rebote tras un 2022 afectado por la sequía, en consecuencia, los sojeros y ganaderos estará de para bienes con la recuperación para este año.
La distorsión de los medios al hablar de un ambiente económico más favorable parte del famoso “efecto derrame” que este crecimiento supone. La dinamización económica se registraría supuestamente por la irrigación a la cadena productiva y logística detrás de los rubros agrarios (cadena de por sí corta). En realidad, los únicos que ganan son el capital agrario y financiero, pues ni siquiera existe una política impositiva acorde a la exportación de granos para intentar en algo equilibrar la inequidad tributaria en nuestro país.
La situación de la lucha de clases
A pesar de la existencia de ejemplos heroicos de resistencia a los planes imperialistas como la lucha del pueblo francés, la gran huelga alemana, la resistencia ucraniana, y las luchas que se dan a lo largo y ancho de la región muestran, por un lado, que la política de descargar la crisis que vive el sistema capitalista sobre los hombros de la clase trabajadora es una orientación generalizada y, al mismo tiempo, que las luchas aún son insuficientes para frenar esta embestida del capital.
En nuestro país, la clase obrera está profundamente debilitada producto de su desorganización que tiene a su vez su explicación en la política de persecución sindical y por la enorme y legítima desconfianza a partir de la traición de la mayor parte de las centrales sindicales (CNT, CUT, CUT-A, CPT, CGT, CESITP). Estas burocracias traidoras y corruptas son la extensión del brazo patronal y del aparato estatal burgués sobre la clase obrera para adormecerlas y perseguirlas. Estos sectores son enemigos dentro del movimiento obrero, a quienes debemos combatir para extirpar y así romper con su influencia tan dañina.
Tenemos un enorme desafío reorganizar a la clase trabajadora en nuestro país a partir de sindicatos clasistas, combativos y revolucionarios y así recuperar la mística de la vanguardia obrera, único sector que puede envolver y acaudillar a los demás sectores explotados y oprimidos como el campesinado.
Solo la clase obrera puede cumplir este rol articulador y, con una dirección firme y un programa revolucionario, irrumpir en el escenario político para avanzar hacia una independencia de clase que confronte radicalmente a los patrones de este país. Nosotros, quienes producimos, distribuimos y cumplimos todo tipo de servicios para hacer funcionar la sociedad debemos ser quienes gobernemos para garantizar una vida digna a toda nuestra clase.
Recuperemos la tradición legada por los mártires de Chicago
Nunca nos han regalado nada, cada paso que ha dado la clase trabajadora para conquistar ciertos derechos han sido producto de las luchas, esos mínimos derechos están hoy en peligro con los planes de reforma del sistema de pensiones, de la legislación laboral, con la orientación de rebajar y desconocer los contratos colectivos de trabajo, con el desprecio a cumplir los derechos más básicos en la fábricas y demás empresas.
La lucha del movimiento obrero a lo largo de la historia, con sus movilizaciones y enfrentamientos, han significado arrebatar algo de justicia a nuestros verdugos, los dueños del capital y sus gobiernos. La brutal explotación y las penurias de nuestra clase movilizaron un día como hoy, hace 137 años, a las masas obreras en Chicago para protagonizar una lucha heroica, la cual fue reprimida y criminalizada como sigue ocurriendo hoy.
Este ejemplo histórico sigue siendo una antorcha que flamea viva y con mayor intensidad cuando la historia nos convoca a ser protagonista del presente para garantizar nuestro futuro, de nuestros hijos, y, en definitiva, el porvenir de la humanidad.
Para mejorar nuestras vidas debemos organizarnos para salir a protestar ante tanta injusticia. Desde el Partido de los Trabajadores nos ponemos a disposición para organizar a nuestra clase en cada lugar de trabajo, para ayudar con sus luchas y resistencia ante la represión. Las condiciones de existencia seguirán rebajándose si no reaccionamos con lucha, preparando la autodefensa ante la represión patronal y estatal.
Luchemos juntos por un futuro de los trabajadores y trabajadoras, por un gobierno obrero, revolucionario, internacionalista y socialista.
¡VIVA EL 1° DE MAYO, DIA INTERNACIONAL DE LUCHA DE LA CLASE TRABAJADORA!