Este primero de mayo, día histórico de la lucha internacional de la clase trabajadora, nos encuentra ante una situación de crisis brutal a causa de la pandemia, la que se profundiza debido a la política deliberada de los gobiernos y las patronales para enfrentarla. Los capitalistas, como no puede ser de otra manera, han priorizado el lucro antes que la salud y la vida del pueblo trabajador, de allí que hablemos de que lo que se gestiona es la administración de un genocidio en curso.

La clase trabajadora carga con todo el peso de la crisis, con los despidos, las suspensiones, los recortes y las muertes. Las mujeres de nuestra clase se han visto en una situación de agudización de la doble explotación que sufren por la explotación laboral y las del hogar en el marco de las tareas de cuidados. En este contexto también las situaciones de acosos en los lugares de trabajo se han intensificado, opresión invisibilizada por la cultura machista predominante.

Los niveles de contagios y muertes están fuera de control, el personal sanitario está severamente agotado física y psíquicamente. Las medidas de restricción del gobierno son absurdas, por un lado genera que más PYMES deban cerrar lo que supone aumentar ya el número dramático de suspensiones y despidos.

Para colmo, la inocente denuncia de un funcionario del IPS daba cuenta de que unas 6000 empresas habían suspendidos a sus empleados obligándolos a ir a trabajar por cobrar el subsidio de la previsional, lo que expuso el actuar miserable de la patronales que en tiempos de crisis los envalentona para sobreexplotar y al mismo tiempo estafar al IPS. Los voceros del gobierno, como la Ministra del Trabajo Carla Bacigalupo, en defensa de las patronales, trató de irresponsable al funcionario del IPS que dio la noticia, señalando que esta situación no se compadecía con la realidad sin argumentar los motivos de su declaración y horas después el propio presidente del Instituto, Vicente  Bataglia, salió al paso a refrendar las palabras de la Ministra en contra del funcionario.

Este último hecho muestra a las claras el carácter de clase del Estado al quedar al desnudo la connivencia Estado/patronales. A esto hay que sumar también el apoyo abierto que han hecho algunas de las centrales de trabajadores que son agentes de las patronales y enemigos de los trabajadores como la CUT, la CPT, la CGT, la CNT y otras. El gobierno, las patronales y los gremios con direcciones traidoras y corruptas son nuestros enemigos irreconciliables a quienes debemos combatir por igual.

Todas las medias del gobierno para hacer frente a la crisis se han mostrado no solo abiertamente insuficientes e inútiles para paliar las necesidades más elementales del pueblo trabajador en materia sanitaria y económica, sino que las mismas tiene como trasfondo seguir engordando los bolsillos del gran capital como el plan de Pytyvó medicamentos o la financiación de los hospitales privados para la atención en UTI.

El tema de la especulación financiera con el monopolio de las vacunas por parte de los países imperialistas y las empresas de biotecnología a nivel mundial desnuda el genocidio del que hablamos. Toda la ciencia y la producción en el sistema capitalista están al servicio del lucro, no de salvar vidas.

Ante el ascenso de los contagios y muertes y la proyección de las cifras para los próximos meses es urgente exigir romper con la patentes de las vacunas  y acelerar el ritmo de producción, adquisición y aplicación. Pero en lo inmediato es necesaria una cuarentena total por un mes con al menos el salario mínimo garantizado. Esta es la única forma de bajar la curva de contagios que tiene como el segundo principal foco (después de los hospitales) al transporte público, donde cientos de miles de trabajadores se movilizan en el marco de una regulada criminal de los empresarios del transporte que exigen mayores subsidio y reducción del pago de impuestos.

La pandemia no ha hecho más que atizar las contradicciones de clase y poner al desnudo los intereses que salvaguarda el sistema capitalista y sus gobiernos ante las crisis, y, al mismo tiempo, cómo coloca ésta con todo su peso sobre las espaldas de la clase trabajadora.

Nunca nos han regalado nada, cada paso que ha dado la clase trabajada, cada conquista del movimiento obrero a lo largo de la historia, con sus movilizaciones y luchas heroicas, han significado arrebatar algo de justicia a nuestro verdugos, los dueños del capital y sus gobiernos. Hoy está más vigente que nunca el dilema socialismo o barbarie.

La brutal explotación y las penurias de la clase trabajadora movilizaron un día como hoy, hace 135 años, a las masas obreras en Chicago para protagonizar una lucha heroica. Este ejemplo histórico sigue siendo una antorcha que flamea viva y con mayor intensidad cuando la historia nos llama a ser protagonista del presente para garantizar nuestro futuro, de nuestros hijos, y, en definitiva, el porvenir de la humanidad.

Luchemos juntos por un futuro de los trabajadores y trabajadoras, por un gobierno obrero, revolucionario y socialista.

¡VIVA EL 1° DE MAYO, DIA INTERNACIONAL DE LUCHA DE LA CLASE TRABAJADORA!