El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, afirmó que no descarta “la opción militar” en Venezuela para resolver la crisis del país. Se trata de una amenaza de la mayor potencia imperialista contra un país semicolonial.
Declaración de la LIT-CI – 15 de agosto de 2017
La justificativa de Trump frente a la represión del gobierno Maduro no pasa de una farsa. El gobierno de los Estados Unidos no tiene ningún compromiso con la democracia, muy por el contrario, apoya el Estado nazi-fascista de Israel. Y le da todo apoyo militar para reprimir a los palestinos. Trump acaba de visitar a la monarquía de Arabia Saudita, sin ninguna crítica a esa dictadura.
Nosotros repudiamos esa amenaza imperialista. Estaremos en la línea del frente del enfrentamiento contra cualquier ataque militar del imperialismo a Venezuela. Actuaremos de la misma forma que en 2002, cando participamos de la lucha contra el golpe militar contra Chávez, apoyado por el gobierno de los Estados Unidos.
Nuestro repudio a cualquier intento militar imperialista no significa ninguna gota de apoyo político a Maduro. La “Constituyente” de Maduro es una maniobra dictatorial para cerrar aún más el régimen autoritario y bonapartista en Venezuela. El gobierno Maduro es ampliamente repudiado por el pueblo venezolano. Por eso dio un golpe apoyado directamente en las Fuerzas Armadas venezolanas contra su propio pueblo.
La “Constituyente” de Maduro es una maniobra para transformar una minoría en mayoría. Y ahora, esa “Constituyente” definió que en las “elecciones” regionales de octubre, los candidatos tendrán que tener un “certificado de buena conducta” de la Constituyente. O sea, solo serán aceptados los candidatos que Maduro quiera. Además, quien se manifieste contra el gobierno puede ser condenado de 15 a 25 años por “expresar odio”.
Maduro trata de utilizar la amenaza de Trump para fortalecerse y justificar su golpe en nombre del combate al imperialismo; en realidad, con esa “Constituyente” él no quiere ningún enfrentamiento con el imperialismo. No es por acaso que está siendo implementado el decreto gubernamental de 2016 que entrega el Arco Minero del Orinoco, cediendo a las multinacionales 12% del país, rico en diamantes y oro.
Maduro, si quisiese realmente enfrentar el imperialismo, debería expropiar las multinacionales que controlan la mitad de la producción de petróleo del país, y dejaría de pagar la enorme deuda externa venezolana. Si Maduro quisiese realmente enfrentar al imperialismo entregaría armas a los trabajadores de los barrios pobres de Caracas. Esos barrios populares –como Petare y 23 de Enero– eran en el pasado bastiones del chavismo y fueron la base de la reacción victoriosa al golpe de 2002. Hoy sus habitantes se enfrentan con el gobierno y son reprimidos por los militares al mando de Maduro.
Pero son las masas venezolanas las que deben derrocar a Maduro y no el imperialismo. En caso de que el gobierno Trump ataque militarmente a Venezuela, estaremos en la línea del frente de lucha contra el imperialismo, junto con los trabajadores y el pueblo pobre.