El pasado 2 de enero, la Cámara de Diputados, hasta entonces bastión obsecuente a Cartes, rechaza su Veto al Presupuesto, la Cámara de Senadores vota en mayoría en la misma orientación, confirmando de esta manera la dinámica de debilitamiento del gobierno que durante el último periodo solo cosechó derrotas.

Cartes, durante gran parte de su mandato, impuso sus planes y voluntad con un sesgo de patrón mafioso, generando intimidación a cualquier tipo de oposición. Infligió golpes importantes al movimiento de masas, en especial al sector sindical y campesino.

El gobierno empezó a debilitarse, tanto por las crisis hacia arriba y la rabia contenida por abajo, lo que se constató tras una seguidilla de hechos como: la derrota de su candidato en las elección municipal de Asunción, la quema del congreso que incineró sus ansias de reelección, la derrota de su candidato a Presidente para elecciones del 2018, los audios de corrupción en el ámbito judicial de González Daher y el Fiscal General Díaz Verón, el impuesto al tabaco que le genera grandes perdidas a su principal negocio, y como último evento su rechazo al Veto del Presupuesto 2018.

El carácter de su última derrota es significativo ya que por primera vez en 4 años pierde una votación en la Cámara de Diputados, que fue su bastión infranqueable ya que tenía una cómoda mayoría. Este revés devela el desbande del cartismo, sus “leales” diputados lo dejan en la estaca y huyen a acomodarse en vistas a las próximas elecciones generales.

Por otra parte la conquista de los sectores movilizados en el marco del Presupuesto, desactivan coyunturalmente, una de las armas más efectivas del Nuevo Rumbo, la Ley de Responsabilidad Fiscal, es decir su ley de congelamiento de salarios y beneficios para los trabajadores del estado, y su contracara la amnistía fiscal para los ricos.

La movilización consecuente y tenaz de varios gremios de trabajadores estatales, donde se destaca el Sitrande, las organizaciones de docentes y sectores de trabajadores de la salud, fue la que posibilitó este triunfo para la clase trabajadora.

Se arrancó al gobierno de Cartes, la desprecarización de 500 trabajadores y reajuste de 600.000 Gs. para varias categorías en la Ande, 16 %  de reajuste salarias para docentes, 30% al personal de blanco y 12% a la Industria Nacional del Cemento.

Podemos concluir que el gobierno de Cartes está ante un debilitamiento que tiende a ser crónico, la clase trabajadora ha resistido los duros golpes y está obteniendo triunfos importantes, es hora de levantar en alto las banderas, creando una barrera en contra de las APP en curso, en la defensa de la Seguridad Social, por la reposición de los despedidos en Aeropuertos, en IPS y de sectores privados con el caso de los dirigentes de la UC que sin dudas parte de la persecución sindical, y fuera el Ministro del Trabajo Guillermo Sosa, inscripción inmediata de todos los sindicatos.