Una noticia anunciada por el gobierno con bombos y platillos fue que el país recibirá en términos de donación por parte de Itaipú la suma de 203,4 millones de dólares.  En realidad esta “generosa donación” se debe a que en el mes de diciembre del año pasado se filtró una resolución por la que Itaipú donaba dicha suma a la empresa privada Furnas Centrais Eléctricas S.A. (empresa tercerizada de Electrobras) por el término de 60 meses. El interés del capital brasilero es invertir en su línea de transmisión, de 600 KV, a través de la cual seguirá llevando nuestros excedentes energéticos de Itaipú, los cuales son cedidos al Brasil y utilizados en el área industrial paulista.

A partir de esta situación a la ANDE le corresponde igual trato y es lo que ahora se concretó. El caso es que el gobierno ya anunció que el dinero se utilizaría para inversión en la ANDE para pequeñas obras de distribución consistentes en el mantenimiento y mejoras de redes eléctricas de distribución, el montaje de subestaciones compactas, así como también para el fortalecimiento de un tramo ya existente de líneas de transmisión y la adquisición de un nuevo sistema de gestión comercial.

Si bien los objetivos a ser financiados con dicha donación son importantes, se deberían financiar con el propio presupuesto que genera la ANDE y que cada año se viene recortando. Lo estratégico para el ejercicio de nuestra soberanía hidroeléctrica sería destinar dicha donación para financiar parte de la construcción de las 3 líneas de transmisión de 500 kV, necesarias para el transporte de energía desde las hidroeléctricas a las áreas metropolitanas donde se registra la mayor demanda, para así poder utilizar en el país la mayor cantidad posible de nuestra energía, y también que se interconecte Itaipú y Yacyretá. Con esto se generaría un importante desarrollo industrial del país generando fuentes de trabajo genuino, además de poder exportar el excedente energético de las binacionales ya sea a Brasil, Argentina o a terceros países al justo precio, es decir a precios de mercado.

Nos roban en nuestras narices  

Al respecto también se registró entre octubre del 2020 y enero del 2021 el intercambio de nuestra energía excedente de Yacyretá entre Argentina y Brasil a través de la estación conversora Garabi al precio de 150,6 USS el Mw/h, cuando nosotros vendemos dichos excedentes a la Argentina a 50 Uss el Mw/h y son reexportados por empresas privadas a más del triple.

Se constituye así un proceso ineficiente donde se generan pérdidas técnicas y sobrecostos en la conversión y transmisión además de las pérdidas innecesarias a nuestros intereses, pues la conversión y transmisión de la energía intercambiada entre empresas privadas de Argentina y Brasil provocan, además, un inmenso lucro comercial al inflar los precios que obtienen de la energía excedente que nosotros  les cedemos a un precio irrisorio y que ellos revenden. Es decir, en vez de que nosotros vendamos directamente a través de la ANDE a precio de mercado al Brasil o a la Argentina, los Barones de las binacionales del lado paraguayo acordaran grandes bocados con las empresas extranjeras para lesionar los intereses del país y que ciertos sectores empresariales de esos países se hagan millonarios con la energía que rifamos.

La necesaria auditoría de la deuda de Itaipú

Otro tema importante para nuestra soberanía energética es terminar la auditoría de la deuda de Itaipú lo antes posible. Esto es importante no solo para estar en una posición de menor debilidad para la revisión del Anexo C del tratado en el 2023, sino para determinar con exactitud desde hace cuántos años dicha deuda fue finiquitada y en consecuencia exigir la devolución de manera retroactiva de los 1000 millones de dólares por año que el Paraguay pagó al Brasil de más.

Este pago fraudulento a Electrobras a través de la tarifa de Itaipú se refleja en la tarifa de la ANDE por una deuda espuria que benefició en un 98,5% al Brasil. Es decir, con el pago de nuestras boletas de la ANDE hace años venimos subsidiando el desarrollo de empresas brasileras y transnacionales que operan en Brasil a costa de nuestra dependencia y subdesarrollo.

Con el resultado de la auditoría podríamos conseguir disponer de manera permanente a partir de ahora de los 1000 millones de Uss al año que en este momento se podría utilizar en la emergencia sanitaria para la provisión de insumos y evitar el colapso del sistema sanitario, sin necesidad de incurrir en nuevos endeudamientos.

Por todo lo expuesto hacemos las siguientes exigencias al gobierno:

Que la reciente donación de Itaipú se destine a la construcción de las Líneas de Transmisión necesarias para poder transportar toda nuestra parte de la energía producida en las binacionales a nuestro territorio, especialmente a las áreas metropolitanas, y poder exportar lo que no utilicemos.

Que se ejerza nuestra soberanía hidroeléctrica vendiendo nuestros excedentes energéticos a precio justo a través de la ANDE ya sea a Brasil a Argentina o a terceros países.

Que se ordene inmediatamente la remisión de los documentos faltantes requeridos por la Contraloría General de la Republica para que ésta pueda finalizar lo antes posible la auditoría de la deuda de Itaipú y, con dicho resultado, cesar automáticamente el pago de la deuda espuria, exigiendo la devolución por todos los años que pagamos de más.