Por Edilberto Garcete

En las jornadas de lucha del “marzo 2021”, hemos sido testigos de una impresionante irrupción espontánea del movimiento popular,  que tuvo  como vanguardia indiscutible a la juventud, acompañada por el movimiento campesino, cuya participación tuvo alcance nacional pero duró muy poco tiempo. En este marco la presencia del movimiento sindical ha sido muy escasa, casi invisible.

Estas movilizaciones han sido producto del hartazgo del pueblo que viene soportando cotidianamente la profundización de la crisis sanitaria y sus consecuencias de miles de muertes (que afecta principalmente a la clase trabajadora) debido a la inoperancia y corrupción del gobierno.

La falta de presencia activa del movimiento organizado de la clase trabajadora en estas históricas  jornadas se debe a razones objetivas, pero también a razones subjetivas. Las causas objetivas están relacionadas a la actual composición social del movimiento sindical.  Al respecto, podemos decir que debido a razones de carácter histórico y a las políticas impulsadas por las patronales y los distintos gobiernos neoliberales de las últimas décadas (de persecuciones y de cooptación a las dirigencias) han debilitado profundamente al movimiento sindical en su conjunto.

Este debilitamiento del movimiento sindical ha afectado en mayor medida a los trabajadores del sector privado, debido a que, por un lado, no existen grandes industrias ni empresas que propicien grandes conglomerados de trabajadores y, por otro lado, ante la profundización de la crisis económica, las medidas de persecución y represión impulsadas por las patronales apoyadas por los gobiernos de turno  han sido drásticas en extremo.

Es así que en la actualidad el grueso del movimiento sindical está conformado principalmente por gremios de trabajadores del sector público. Con respecto a las desastrosas consecuencias de la actual crisis, con miles de despidos, suspendidos, micro-emprendedores en quiebra, etc., podemos afirmar que el sector de los trabajadores del Estado no es el más perjudicado.  Esta es una de las principales razones objetivas de la poca participación del movimiento sindical en estas jornadas de luchas y movilizaciones del pueblo.

El rol de las direcciones burocráticas

Sin embargo, como ya lo mencionáramos más arriba, existen además razones subjetivas. Éstas están relacionadas con el rol que cumplen las direcciones burocráticas dentro del movimiento sindical. A las direcciones burocráticas no les interesa la lucha del pueblo trabajador, ni la unidad entre los trabajadores, ni la alianza con los demás sectores sociales oprimidos,  les interesa sus beneficios particulares, por eso, muchas de estas direcciones permanecieron indiferentes ante las jornadas de lucha del marzo 2021, exponiendo argumentaciones como: “esta no es nuestra lucha”, “no nos dejaremos utilizar por intereses partidarios”, “no nos utilizarán como en el marzo paraguayo”, “esta lucha no tiene sentido, porque favorece al cartismo” etc, etc.

En este sentido podemos afirmar que lo que decía Trotsky en su escrito Los sindicatos en la época del Imperialismo: “las burocracias obreras luchan por una migaja en la repartición de los superbeneficios del capitalismo” sigue teniendo hoy plena vigencia.

En países como el nuestro esas “migajas” son aún más miserables, algunos dirigentes, abandonando el principio de la independencia de clase, se venden por cargos, otros por algunos millones recibidos del Estado a través de supuestos cursos de capacitación y otros incluso más desvergonzados se contentan con algunos viajes al exterior para participar de congresos u otros eventos.

Por otro lado, se abandona además del principio de la Independencia de clase el de la autonomía sindical cuando se apoya políticamente al gobierno capitalista responsable directo de las penurias que sufre el pueblo trabajador y a sus representantes, como lo hicieron algunas centrales como la CUT, CUT-A, CNT y otras quienes manifestaron públicamente su apoyo a la política económica del gobierno y las gestiones de la Ministra del Trabajo, así como últimamente, las del Representante Obrero en el Consejo Administrativo del IPS.

El corporativismo sindical

Pero esta no es la única forma en que la dirigencia burocrática abandona los principios de la lucha sindical clasista, los trasgrede también cuando priorizan los intereses corporativos de su gremio abandonando la unidad entre todos los trabajadores.

En ese sentido, anteponen no arriesgar ciertas conquistas sectoriales en el temor de que su participación en la lucha signifique la amenaza por parte del gobierno de rebajar sus contratos colectivos o dejarlos de lado.

En la actualidad, esta combinación de actitud mezquina y oportunista se da en el marco de preservar algunos derechos que diferencian sus condiciones laborales del conjunto de la clase. Es decir, mantienen una actitud pasiva y defensiva con tal de salvaguardar migajas que más temprano que tarde estarán amenazadas de muerte por el mismo gobierno que deciden no enfrentar.

De allí que la actitud pusilánime de sus direcciones no tengan en perspectiva la lucha de clases con los principios señalados, sino el corporativismo como techo de sus luchas.

Con esta orientación debilitan la fuerza colectiva de la clase trabajadora y en última instancia, a la larga, debilitará al propio gremio que así actúe.

Todo esto conlleva además la traición y abandono del principio de la solidaridad de clase, cuando por ejemplo el pueblo trabajador está luchando en las calles, soportando la represión del sistema y la dirigencia sindical aparece apoyando al gobierno capitalista y corrupto de turno (como lo hicieron la CUT, CNT, CPT, CGT) u omitiendo el llamado a sus bases a acompañar las movilizaciones y las luchas.

Es necesaria y es posible la recuperación del movimiento sindical

Sin la recuperación orgánica del movimiento sindical y el movimiento de los trabajadores en su conjunto, así como su irrupción en el escenario político,  es imposible pensar en un cambio verdadero en nuestro país. De la misma forma, la recuperación del movimiento sindical será imposible, como lo decía Trotsky en el texto citado más arriba, sin  “la recuperación de la independencia completa e incondicional de los sindicatos frente al Estado Capitalista, lo que significa una lucha para convertir a las organizaciones sindicales en órganos de las masas explotadas y no al servicio de la aristocracia obrera.

Por eso es también necesaria la recuperación de la Democracia Sindical, estamos seguros que estas decisiones de apoyo al gobierno y a sus personeros por parte de la burocracia sindical no han sido discutidas a profundidad y consensuadas por las bases sindicales.

Es posible y  necesario avanzar hacia recuperación del movimiento sindical, para ello debemos recuperar los principios de la lucha sindical clasista y revolucionaria. Además de la independencia, la autonomía y la democracia sindical, también debemos recuperar el de la unidad y solidaridad de clase y el del internacionalismo proletario.

No existe lugar para una posición neutral o intermedia, o como trabajadores estamos del lado de las clases oprimidas, de los estudiantes, campesinos, desocupados y demás sectores populares para luchar contra el hambre, la miseria y las muertes en esta época de crisis pandémica, impulsando un programa de transformación social y toma del poder político para los trabajadores o actuamos como furgón de cola de los intereses de la burguesía recibiendo las migajas de sus ganancias y traicionando los intereses de la clase trabajadora.