Cada tanto desde el gobierno escuchamos que el sistema jubilatorio tiene los días contados, que es insostenible, que en poco tiempo ya no habrá dinero para pagar a los jubilados, etc.

Para apoyar esta mentira el Fondo Monetario Internacional (FMI) en un reciente informe sobre Paraguay hace un análisis sobre la situación de las cajas de pensiones. Según los técnicos del FMI, así como están hoy los planes de pensión, la mayoría  de las cajas jubilatorias experimentarán un déficit en algún punto del horizonte de los próximos 20 a 30 años.

El informe dice también que el problema, en Paraguay,  se centra en el cambio demográfico que experimenta, pues la esperanza de vida ha pasado de 63 años en 1950 a un promedio de 77 años en la actualidad, con proyección de llegar a 83 años en 2100??. Para el FMI ni el aumento del porcentaje de aporte al IPS por parte de los patrones que ganan millones de dólares, ni la deuda que el Estado paraguayo tiene, y que llega a los 400 millones de dólares no son opciones para sortear la crisis.

Según el FMI: «Las perspectivas demográficas de Paraguay apuntan a un aumento de la proporción de personas en edad de jubilación y una disminución de la proporción de personas en edad económicamente activa, lo cual tendrá importantes implicaciones para los programas de pensiones y salud en el futuro».

Que contradictorio es este análisis considerando que el mismo FMI elevó sus perspectivas de crecimiento de la economía paraguaya a un 4,5% para este 2018, medio punto por encima del 4% pronosticado en octubre pasado, ubicando a Paraguay como el país con mayor crecimiento de la región, según el informe «Perspectivas Económicas Mundiales», publicado en abril de este año.

Tan contradictorio como lo anterior encontramos el nuevo proyecto de ley de jubilaciones para senadores y diputados, que establece básicamente que un parlamentario puede jubilarse con 55 años, dos periodos (10 años) con el 60% del promedio de lo percibido en concepto de dieta y gastos de representación en los últimos 60 meses. De aprobarse este proyecto, con solo 10 años de aportes, un senador podría tener una jubilación de aproximadamente 19.000.000 de guaraníes

Entonces ¿Dónde va este crecimiento tan auspicioso que ni siquiera podemos pagar las jubilaciones?

Banqueros y empresarios meten la mano en el dinero de los trabajadores y jubilados, de la riqueza que producimos en el día a día, de este “crecimiento económico” que plantea el FMI es donde sacan el dinero para prestar por ejemplo  66 MILLONES de dólares de IPS a la empresa telefónica Tigo, con la ridícula tasa del 7.5% anual y con dos años de gracia, pero todavía tienen la cara para hablar de perdida.

Los mismos que otorgan estos préstamos  a mega empresas son los que niegan la atención más básica el pueblo trabajador, son los que hoy en día están peleando por la peligrosa ley de Fondos Jubilatorios, donde pretenden manejar arbitrariamente los miles de millones de dólares guardados en las cajas de jubilación, para invertirlos en los mismos bancos que persiguen a los trabajadores con el pago de sus micro deudas.

Para los cuervos del FMI, una reforma de la relación de aportes versus beneficios podría eliminar los déficits previstos en las cajas. Señala varios escenarios de reforma, empezando con un aumento de la edad de jubilación, pasando de los 60 años actuales a los 65.

«En los casos del IPS y de la Caja Bancaria, el aumento de la edad de jubilación basta para eliminar con creces la brecha, y esa misma medida prácticamente elimina la brecha en el caso de la Caja de la ANDE. En el caso de la Caja Fiscal, cuyas perspectivas son las menos favorables, se necesita una combinación de las tres reformas», subrayan.

Es importante entender que esta es una receta prefabricada  que no se reduce a la situación en Paraguay, el sistema capitalista busca que los trabajadores paguemos la crisis, pero lo mismo pasa en Brasil, en Francia, en Argentina y en muchos otros países. Esta pandilla de ladrones no tiene ninguna autoridad moral para señalarnos cómo manejar los fondos jubilatorios y por ende proponer que los recortes se tienen que dar en la “gente común” y no con mayores impuestos a los patrones multimillonarios o las multinacionales que operan en el país.

Lo que queda claro es que la reforma de la Previsión Social propuesta por el FMI pretende que trabajemos hasta morir, y siguiendo el ejemplo de lucha en otros países, la única forma de parar esta avanzada del capitalismo es salir a las calles y tomar lo que es nuestro con la fuerza de la protesta.