En diversas partes del mundo crecen las manifestaciones a raíz de la crisis climática desatada y no es para menos, los incendios forestales han aumentado drásticamente afectando significativamente el ecosistema y su biodiversidad generando ello un enorme impacto social y económico, no sólo para las comunidades alrededor de las zonas afectadas, sino para toda la población mundial.

En nuestro país, en la región occidental o Chaco, en especial en la zona norte, los mayores focos de incendio provendrían de Bolivia donde las empresas mineras son responsables de las quemas producidas. A esto se suma los empresarios agroganaderos de nuestro país responsables de desmontes y quema de pasturas.

Los vientos que oscilan los 50 km/h generan una rápida extensión del fuego. Esta velocidad de penetración se haya directamente relacionado a la deforestación meteórica del Chaco. Hay que recordar que la deforestación en nuestro país, si bien se viene desarrollando hace años de manera sostenida y sistemática, dio un salto desde el 14 de septiembre de 2017, cuando el ex presidente Horacio Cartes promulgó el decreto 7702, que reglamenta la Ley Forestal 422/73, cuyo artículo 3 suprime la obligación de preservar el 25% de los montes nativos.

Si bien aquel decreto fue derogado un año después, tras dos meses de promulgado, Cartes procedió a deforestar 2 millones de árboles en 2000 hectáreas de bosques nativos en su estancia en Mcal. Estigarribia a los efectos de ensanchar la extensión de sus campos para pastoreo de animales. Este delincuente sigue campante y, coyunturalmente, mejor posicionado en su partido mafioso, teniendo de rehén al desastroso de Abdo Benítez.

Según datos provistos por organismos internacionales, el número de incendios ocurridos este año ya ha superado con creces los producidos en los últimos cuatro años. La mayor zona afectada ha sido sin duda la Amazonía. El Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales brasileño (INPE, por sus siglas en portugués) ha registrado en este 2019 un aumento en los fuegos de alrededor de un 83% en comparación con el mismo período de 2018. El país más afectado ha sido el Brasil con 75.336 focos de incendios en lo que va del año, lo que significa un aumento del 85%; le sigue Venezuela con 26.491 registrándose un incremento del 19%; Bolivia con 17.154, lo que implica aumento del 114%; luego Perú con 5.681 que implica un aumento del 104%; y Paraguay con 9.861, aumento del 7%.

Estos datos son igual de estremecedores si vemos lo que ocurre en África, siendo los países más afectados Angola y el Congo, los cuales cuadruplican los incendios que ocurren en Brasil. La NAZA, tras la observación de imágenes satelitales, ha denominado al África “el continente del fuego”. Este caos producto de la locura capitalista se extiende a India, EE.UU. e incluso a Siberia, por citar otros puntos del globo donde también arde la tierra.

Este desastre no es “natural”, tiene responsables directos perfectamente identificables. El desastre ecológico es producto del afán de lucro del modelo social de producción bajo el cual vivimos, el capitalismo imperialista. Los bosques depredados y en llamas, los animales quemados, la flora destruida, el clima contaminado es el coste de la producción anárquica que sólo está en función de los intereses del capital; las ganancias de las empresas agroganaderas, madereras, mineras y petroleras.
“El capitalismo es totalmente insostenible desde el punto de vista ambiental. El ciclo de producción del capital es guiado por la necesidad de ganancia, del consumo más rápido y cada vez mayor de recursos naturales. Eso lleva a la depredación de la naturaleza, pues la apropiación continua de los recursos simplemente no es compatible con el tiempo necesario para la recomposición de los ciclos naturales” (Choma, J).

Desde el inicio del año se suceden un sinnúmero de protestas a raíz de esta tragedia que amenaza la existencia de la vida en el planeta. Desde el 20 al 27 de setiembre se están dando grandes movilizaciones a nivel planetario por la semana global de lucha contra el cambio climático.

Desde el Partido de los Trabajadores formamos parte de esta campaña mundial que plantea el debate necesario de transformar la sociedad derribando este sistema que condena la vida de todas las especies en el mundo y planteamos la necesidad de construir una sociedad nueva, un modelo superador donde la producción social esté al servicio de satisfacer las necesidades de las grandes mayorías en equilibrio con el medio ambiente y su biodiversidad, ese sistema superior es el socialismo.