Atravesamos un nuevo momento a nivel mundial donde la ultraderecha gana terreno, siendo el principal referente el imperialismo norteamericano. Trump propicia y financia genocidios como en Palestina, se asocia a dictadores como Putin para socavar la soberanía ucraniana y fogonea todos los procesos reaccionarios a nivel mundial donde las principales víctimas son las mujeres, la niñez y los sectores más vulnerables.
Expresamos toda nuestra solidaridad para con las mujeres y niñas palestinas, víctimas del genocidio sionista bajo el acompañamiento del imperialismo norteamericano, como así también ante la situación que viven las mujeres ucranianas víctimas de todo tipo de atrocidades por la invasión rusa o la situación de miseria, abusos sexuales y muerte con la que cargan miles de mujeres en el norte de África.
A nivel local la violencia machista sigue siendo el pan de cada día
En Paraguay, como en distintos lugares del mundo, las mujeres sufren distintos factores de exclusión, discriminación y opresión. Paraguay no es sólo uno de los países más desiguales y pobres de la región, donde el nivel de corrupción y arribo de la mafia ha pegado un salto cualitativo en el último periodo, sino que también es uno de los países donde la expresión exacerbada del machismo sale por todos los poros de la sociedad; desde las declaraciones de legisladores violentos, a la inoperante reacción estatal a través de los operadores del sistema de justicia ante las denuncias de violencia.
La deshumanización ante los sectores más vulnerables
En los sectores más vulnerables y oprimidos la situación es dramática, un sin número de niñas indígenas son prostituidas alrededor de sus comunidades como en la Capital ante la naturalización de esta situación atroz que revela lo más degradante de la cultura machista. Por otra parte, el avance de la agroganadería conlleva la destrucción ambiental que expulsa a las comunidades campesinas e indígenas a través de desalojos ilegales ante la desidia estatal.
La destrucción de esas vidas hace parte del paisaje cotidiano sin que ninguna institución asuma responsabilidades de manera seria para dar solución a los problemas estructurales que explican la expulsión de las comunidades y las condiciones de vida infrahumana que sufren en especial las mujeres.
Las expresiones machistas continúan ante la indiferencia estatal
Las mujeres siguen siendo doblemente explotadas, pues a las actividades laborales ordinarias se les suman las tareas del hogar que son invisibilizadas. Pero incluso en el marco del empleo formal la situación de explotación es una carga distinta en comparación con los hombres; lo que se constata en las fábricas, maquilas y otras empresas donde las mujeres cargan no sólo con más bajos salarios por igual trabajo, sino también con menos expectativas de ascensos laborales, a lo que se suma la situación de acoso que no solo se desarrolla desde los puestos jerárquicos, sino también, muchas veces, por parte de sus pares varones.
La violencia estructural se refleja en distintos indicadores que se detallan en informes oficiales y de la sociedad civil, como en trabajos de investigación sobre el tema género que ponen de relieve la particular situación de las mujeres de la clase trabajadora en nuestro país.
Ante el avance de un régimen autoritario las mujeres están más expuestas
La degradación del régimen político con el avance de un proyecto autoritario a través de la consolidación de la narcopolítica y el control de determinadas zonas del país por la mafia -de la mano del Partido Colorado y el cartismo en particular- agudizan todas las variables en que se refleja la opresión que sufren las mujeres.
Los chats que han salido a la luz tras la muerte del diputado narco Eulalio Gómez (alias Lalo) revelan de manera contundente los lazos del poder político burgués con el narcotráfico y lo podrido que están las instituciones estatales que tenemos que tumbar con la movilización en las calles.
En este marco, la precarización y la flexibilización de las condiciones laborales, la inseguridad en las calles, el aumento del tráfico de drogas, la destrucción ambiental, entre otros flagelos, se agudizan y destruyen vertiginosamente el tejido social colocando a las mujeres en condiciones cada vez más difíciles de sobrellevar.
Ante la situación de avance de la ultraderecha en nuestro país y en el mundo la cultura machista se potencia y alienta todos factores que caracterizan a la violencia en sus diferentes aspectos y que se expresan en todos los terrenos en que desarrollan su vida las mujeres de nuestra clase.
Organización para luchar
Existe un enorme desafío para avanzar en términos de organización para luchar contra la explotación y la opresión machistas que se sufre, nosotras ponemos a disposición nuestro partido como ese espacio de organización y de embrión para la gesta revolucionaria y liberadora de toda la lacra del sistema capitalista que solo puede alcanzarse con la lucha consecuente por el socialismo.
¡Solidaridad internacional con las mujeres que luchan y resisten!
¡Abajo el gobierno narco de Santiago Peña!
¡Guarderías y lavanderías públicas ya!
¡Igualdad salarial!
¡Basta de acoso!
¡Por una vida libre de violencia contra las mujeres!
¡Más presupuesto para combatir el machismo que oprime y mata!
¡Seguridad social digna y de calidad!
¡Salud pública efectiva y de calidad!
¡Refugios públicos integrales para las víctimas de violencia y sus hijos!
¡Justicia para las víctimas de abandono de la crianza y manutención de sus hijos!