Un Cartes de salida refuerza un nuevo momento político

Al balance político del año podemos aplicar la expresión italiana de que “bien está lo que bien acaba”. El presente año termina con una dura derrota de Cartes siendo esta una buena noticia bajo cuyo prisma es posible leer todos los hechos y acontecimientos políticos acaecidos en el periodo inmediatamente anterior.

Cartes y su nuevo rumbo, hay que resaltar, significó la profundización de un periodo político reaccionario -es decir favorable al capital y desfavorable al pueblo trabajador- que golpeó e hizo retroceder a las luchas y a las organizaciones populares. La derrota cartista en las internas coloradas es el corolario de una serie de hechos gravitantes que lo venían debilitando, lentamente, con avances y retrocesos. Esto se dio tanto por las fisuras interburguesas que se fueron cristalizando en las alturas, como por las continuas luchas de diferentes sectores del pueblo trabajador que nunca se entregó a pesar del contexto hostil.

El impuesto al tabaco sancionado hace poco por el Parlamento, y sobre todo la caída del facineroso y hasta hace poco todopoderoso González Daher, destituido como senador, no es sino un síntoma de ese proceso más general signado por la derrota electoral de Cartes. La caída de González Daher se concretó a pesar de los intentos del llanismo de salvarlo, y a pesar de la vacilación cartista de Lugo y el Frente Guasu que, bajo la fuerte presión política, tuvieron que apearse y reubicarse.

En efecto, la referida derrota es significativa porque recibió un golpe demoledor en su proyecto de continuidad en el centro del poder estatal. Es de resaltar que el nuevo rumbo del usen y abusen del Paraguay, había imprimido un sello reaccionario y conservador a todo el andamiaje estatal a través de sus agresivas medidas neoliberales y su modo patrón y capo-mafioso de gobernar. Esto se tradujo en el despojo de varias conquistas del pueblo trabajador; en la facilitación de la ofensiva burguesa y en el apriete de las clavijas de todo el régimen en cuanto a cercenamiento de derechos, criminalización y represión inmediata e inminente.

La caracterización anterior no implica ninguna opinión favorable a Marito y su proyecto. Este representa, aunque no exprese todavía a la crema y nata de la alta burguesía y de los más ricos que apostaron todo por la continuidad de Cartes, es un proyecto burgués en toda la línea y expresivo de la amplia burocracia estatal que se vio golpeada por el nuevo rumbo y su rosca.

El movimiento Añetete, si es que llega al gobierno, en esencia, será un gobierno colorado más: pro capitalista y antipopular hasta los tuétanos. En el contexto electoral fue el medio a través del cual amplios sectores populares del partido colorado asestaron un castigo a Cartes. Si es que resulta ganador en las generales, el periodo de reacomodos y reajustes abrirá momentos de transición que a condición de que el movimiento de masas los aproveche podrían traducirse en pequeños avances, resistencias, recuperación de derechos perdidos y reagrupamientos.

En las carpas del PLRA, Alegre se alzó con un triunfo cantado. Controlando todo el aparato liberal y ostentando la bandera del anticartismo, arrinconó y aplastó al llanismo, otro gran perdedor de las elecciones debido a su incondicionalidad cartista. Alegre es un consumado neoliberal, soberbio y prepotente, muy similar a Cartes y fue propiciador de la Alianza Público-Privada modo privilegiado de entregar el patrimonio público para la ganancia privada y el perjuicio público. En efecto, estuvo a la cabeza de la privatización de los Aeropuertos y capitaneó las obras costeras de Asunción sin considerar los derechos de los chacariteños. Su resistencia a la enmienda es lo más relevante en su foja y lo hizo no por demócrata ni republicano, sino pensando sólo en mantener a flote su candidatura a presidente y continuar con los jugosos negocios que realizara en ocasión de su paso por el MOPC de la mano de Lugo.

Alegre, con el apoyo del FG, intentará presentarse como algo distinto a Marito y la ANR (por ejemplo, jugando con la dicotomía dictadura#democracia), sin embargo, en lo esencial y hasta en varios aspectos secundarios son lo mismo desde el prisma de los intereses y derechos del pueblo trabajador, tanto en lo económico-social como el político.

La corrupción de la “Justicia” es un hecho conocido, pero el grado de podredumbre en la que se halla sumida no deja de sobrecoger. Los audios filtrados en las últimas semanas del año, evidencian que la “institucionalidad” y la “legalidad” del régimen republicano del que tanto alarde hace toda la propaganda liberal, no pasa de ser una ilusión, una gran farsa, ya que uno de sus elementos constitutivos, la Justicia, está en venta al mejor postor, completamente prostituida.

Un acontecimiento central del periodo fue sin dudas la quema del Congreso. Ese fuego que incendió parte del Congreso Nacional fue la expresión de la ira e indignación acumulada en amplias masas del pueblo y que tuvo como vanguardia a los miles de jóvenes que rodearon la sede de la cueva de bandidos. La chispa fue el intento prepotente de imponer la reelección vía la enmienda.

Cartes, Lugo y Llano salieron completamente chamuscados de la referida intentona prepotente de imponer a como dé lugar la enmienda, pisoteando en el camino procedimientos elementales y, lo peor, solo en función de ventajas para el trío aludido. En el fondo, la enmienda sólo era conveniente a Cartes y, en menor medida, a las roscas de Lugo y Llano. Hay un antes y un después del fracaso de la enmienda en la coyuntura política, porque hundió a Cartes y a Lugo, ambos inservibles a los intereses del pueblo trabajador.

Los que más perdieron fueron Lugo y el Frente Guasu, que hicieron de sus intereses de rosca su eje vital y su oportunismo quedó al descubierto en sus traiciones políticas ante grandes masas del pueblo sencillo y pobre que abrigaba equivocadamente grandes esperanzas en ellos. Esta mayor exposición de la verdadera naturaleza del luguismo, funcional a los ricos con su falso poncho juru inofensivo, es de gran importancia política en el periodo siguiente, por cuanto puede producirse desprendimientos en sectores que confiaban en esta propuesta y propiciar reagrupamientos y reorganizaciones sobre bases clasistas y genuinamente socialistas.

El Frente Guasu no ha hecho sino empeorar cada vez más volviéndose una clara y distinta organización socialdemócrata de derecha. Su degeneración política no cesó y experimentó una completa transformación para peor. Es el desenlace normal para el febril oportunismo contrabandeado bajo el conveniente pragmatismo. Su acuerdo con cualquier sector burgués, inclusive con las expresiones más neoliberales y de derecha, ya es su modo de ser y de conducta. Peor, funcionan dependientes de Lugo de un modo servil y rastrero por ser el sujeto que tiene los votos.

En cuanto al PMAS, cosechó lo que sembró: en su afán de jugar en la cancha grande practicó todos los vicios de derecha en el marco del electoralismo rabioso y de un eclecticismo programático conveniente a la adaptación al sistema burgués, y terminó explotando por los aires por derivación objetiva de esta dinámica. Ambos fenómenos son objetivamente favorables para abrir procesos de reorganización política de la gente desencantada o que sale a buscar alternativas políticas y que podrían ser atraídos hacia los senderos del clasismo y el socialismo revolucionario.

La corrupción, el contrabando, el narcotráfico y el tráfico de influencias han infestado por completo la democracia burguesa, degradándola todavía más. Estamos ante sectores inmensamente ricos y poderosos que operan, supuestamente “al margen de la ley y de las instituciones”, pero que en la realidad manejan la ley y las instituciones para cobertura, impunidad y hasta para gestionar sus negocios.

Estos sectores delincuenciales introducen sus modos en el régimen y en ese sentido son un gran peligro para las vanguardias del pueblo trabajador que salen a luchar. Es escalofriante la cantidad de parlamentarios, miembros del poder judicial, así como gobernadores, intendentes y/o concejales que están en el narcotráfico o en estrecha relación con el narcotráfico y el contrabando. El sicariato, que fue ganando terreno a nivel local, coloca a las organizaciones del pueblo ante situaciones nuevas que debe considerar en su proceso de luchas.

El gobierno siguió hipotecando al país con dinero fresco producto de la colocación de bonos en beneficio, esencialmente, de su rosca. Con una deuda que ya sobrepasa los 7 mil millones de dólares, triplicándose desde que asumió el gobierno, operó una maquinaria de hacer dinero para la nueva rosca del nuevo rumbo y sus allegados. Hasta la fecha -sólo vía colocación de bonos soberanos- endeudó al país por casi 2.400 millones de dólares. Así es fácil construirse una imagen de eficaz, hacer obras y además, de paso, crear el clima de negocios para la rosca que se forró de dinero mediante los seguros de empresas amigas, las concesiones amañadas y las comisiones multimillonarias.

Es un país de las maravillas para esa extravagante minoría que hizo de la ostentación y los lujos su modo de vida. Una timba interminable que hipoteca el futuro de las grandes mayorías. La deuda ya constituye más del 24% del PIB. En este sentido el Usen y Abusen fue muy real y las consecuencias la pagamos y la seguiremos pagando por décadas. En el año 2018 se seguirá colocando bonos por unos 600 millones de dólares para seguir con la perversa espiral y, para peor, el dinero conseguido se destinará para bicicletear vencimientos.

El PIB durante el periodo del gobierno Cartes creció en un promedio del 6% y le sirvió, entre otros factores como la cuasi amnistía fiscal a los ricos, para que gran parte de la burguesía galvanice y apoye al gobierno. Pero con esta bonanza para la minoría empeoraron las condiciones de vida de grandes segmentos de la clase trabajadora desmintiendo la tan difundida falacia del efecto derrame que se produce cuando los ricos ganan más dinero.

La pobreza creció entre el año pasado y este año de 26.58% a 28.86% (unos 2 millones de paraguayos viven en la pobreza); la miseria en el mismo periodo creció de 5.42% a 5.72%, es decir, la gente que pasa hambre; y el desempleo también creció del 6% al 8.4%. En fin, la desigualdad económica-social siguió dando saltos. Puede decirse que el impulso de la desigualdad fue el eje ordenador del gobierno Cartes y que, junto a su afán dictatorial, están en la base de su desgaste y derrota electoral.

Las luchas de diferentes sectores se mantuvieron a lo largo del año y fueron señales gratificantes de la predisposición a dar pelea, a resistir, en un contexto especialmente desfavorable y hostil. Amerita destacarlas a pesar de que muchas de ellas no fueron coronadas con el logro de sus reivindicaciones y a pesar de la continuidad de la gran hostilidad y criminalización del movimiento sindical que aún persiste con mucha fuerza. Los despidos en los sindicatos de aeropuertos, marítimos, IPS, de los compañeros de la UCA, entre ellos del compañero dirigente nacional Julio López, son expresiones de la  guerra emprendida contra el sindicalismo y la clase obrera por parte de todas las patronales y de la fanática complicidad de todo el aparato estatal, especialmente del Ministerio del Trabajo y el Poder Judicial corrupto.

Vale, en el contexto señalado, destacar que uno u otro sector del pueblo trabajador, en momentos diferentes, ha estado en la calle luchando en condiciones políticas desventajosas y adversas, ya sea por mantener conquistas, defender derechos o reclamar atención a necesidades urgentes y sentidas.

Los sectores que apostaron a la lucha abierta contra la política cartista, y lograron forjar la unidad y conseguir una altísima convocatoria, obtuvieron victorias que, aunque incompletas y provisionales en algunos casos, son de gran valor para el pueblo trabajador. Es el caso de los compañeros y compañeras del Sindicato de la ANDE y de los Sindicatos de Docentes, que son los pocos que en el sector del movimiento sindical han podido obtener logros y van marcando un camino a seguir. Algunas como la lucha de los campesinos tuvieron picos de extremo sacrificio y aunque no lograron sus reivindicaciones han significado desgastes importantes para el cartismo.

En efecto, un gran sector del campesinado pobre ha realizado la lucha más larga y sacrificada bajo el inclemente invierno de julio 2017. Por casi interminables 40 días se han mostrado firmes y dignos en sus reclamos. Su dirigencia, sin embargo, a pesar de la admirable resistencia y entrega de miles de campesinos pobres que participaron de las movilizaciones, operó casi siempre bajo la agenda y el mayor beneficio del luguismo, y por ello, no siempre encontró el camino correcto para encaminar esa lucha.

Las masas campesinas viven en un contexto de tragedia social por el terremoto causado por la intrusión violenta y por ahora irreversible del capitalismo a través del agronegocio y la ganadería para la exportación. Asistimos a un cambio estructural en las bases materiales del campesinado propiciado por el capital y como punta de lanza, del gobierno y de todo el aparato estatal y que exige del movimiento social y político una actualización programática y de un plan de acción para afrontarla.

La lucha de las mujeres marcó el hito más alto en cuanto a luchas del pueblo trabajador durante el año que acaba. Tanto la marcha del 8 de marzo como la del 25 de noviembre movilizaron miles de mujeres en Asunción y hubo durante el año numerosas iniciativas y acciones que son impulsadas por las mujeres por la igualdad y contra todo tipo de violencia.

La disposición de las mujeres de luchar por mayor equidad y respeto a su derecho a la libertad y contra todo tipo de discriminación está logrando forjar una verdadera revolución contra el machismo y el patriarcado. Como no podía ser de otra manera, estas ansias y luchas están haciendo saltar por los aires el “consenso y la paz machistas” y producto de ello, está provocando reacciones y una agudización importante de la violencia machista.

Estamos ante una epidemia reaccionaria machista que ocasionó entre otras expresiones violentas, un salto exponencial en el asesinato de mujeres “por ser mujeres”, es decir, feminicidios. Los asesinatos de mujeres por hombres motivados por el odio, el desprecio, sentido o acto de posesión y placer se han incrementado hasta 51 feminicidios hasta navidad, sin contar los miles de actos de agresión y formas de violencia, acoso y opresión en general.

La lucha por la liberación de las mujeres debe ser una bandera esencial en la lucha del pueblo trabajador y se la debe encarar tanto para dentro de las organizaciones como en la sociedad toda. Por el nivel y amplitud de la lucha de las mujeres podemos decir que el futuro está preñado de buenos augurios, aunque de seguro, como en toda lucha contra la opresión, significará grandes sacrificios y miles de heroicas acciones.

Las Unidades de Acción de carácter social y político del pueblo trabajador que sean plataformas de luchas comunes y la solidaridad, no han logrado salir de la debilidad y superar la escasa representatividad. Ni la Plenaria de Centrales Sindicales ni el Congreso Democrático del Pueblo lograron ponerse a la altura de la necesidad. Estrategia burocrática, afán de copamiento o comando y un pronunciado sectarismo, fueron la base del fracaso de ambas instancias.

En este marco, la aparición y el proceso de construcción del Frente Sindical y Social (FSS) es una buena noticia y su fortaleza mayor es que viene siendo encabezado por el sindicato más importante a nivel país como es SITRANDE. Tiene el gran desafío de llenar un vacío en el campo de la clase trabajadora y de los sectores oprimidos, y la gran tarea estratégica de construir un genuino espacio de Unidad de Acción para la lucha y la solidaridad. El PT, a través de sus militantes en varias estructuras, colocará todo su empeño para que el FSS sea fuerte, amplio y capaz de convocar y dirigir las luchas contra lo que resta del cartismo y contra lo que se viene, aprovechando el nuevo momento.

La realidad sociopolítica durante todo el año y con más fuerza en estos momentos está impregnada por las elecciones. El control del aparato estatal es central para asegurar negocios o potenciarlos para la burguesía nacional, incluyendo el narcotráfico y el contrabando.

Las candidaturas de Alegre/Rubín como Marito/Velázquez no representan en nada a los intereses del pueblo trabajador. Ambas serán, por su trayectoria conocida, francos enemigos de los derechos e intereses de los trabajadores del campo y la ciudad.

Es por ello que el Partido de los Trabajadores llama a no confiar en ninguno de los dos proyectos y levanta en alto el Voto Nulo. No son nuestros representantes y no vamos a caer en la trampa del inútil mal menor, ni el falso voto útil y demás versos convenientes a los candidatos burgueses. Haremos campaña por el voto nulo no como una postura abstencionista como estrategia, sino como expresión de protesta contra estos candidatos y como peldaño para postular la necesidad de una alternativa radicalmente distinta a las burguesas y que sea genuinamente del pueblo trabajador, que sea socialista en su programa, revolucionario en su política y clasista en sus candidaturas.

Ante las próximas elecciones, VOTO NULO. Ni Marito, ni Alegre. Son enemigos del pueblo.

Fuera el discurso del mal menor y el voto útil, porque son falsos y tramposos.

NO HAGAS EL JUEGO A LA DERECHA, NO VOTES POR ELLA. VOTO NULO

Fortalezcamos el Frente unitario para las luchas y la solidaridad construyendo una alternativa social y política para el pueblo trabajador.

Avancemos con todas las fuerzas contra las medidas del gobierno Cartista, defendiendo el patrimonio público contra toda forma de privatización, defendamos el IPS, luchemos por aumento genuino del salario, y recuperemos la libertad de organización y de huelga del movimiento sindical.

Comité Ejecutivo del Partido de los Trabajadores, PT.