En primer lugar es importante aclarar lo que significa burocracia sindical.

La burocracia sindical es un grupo de dirigentes sindicales que se mueve por intereses personales y/o grupales y no para defender los legítimos intereses comunes de su respectivo sindicato o del conjunto de la clase trabajadora.

Existen situaciones en las que el poder está concentrado incluso en una sola persona, en esos casos un solo burócrata toma todas las decisiones en forma personal no respetando ninguna instancia de la organización.

La burocracia sindical, al defender solo sus propios intereses, abandona los principios fundamentales de la lucha sindical que son los pilares sobre los que se asienta el verdadero sindicalismo. Estos principios son: La solidaridad y unidad entre los trabajadores, la independencia de clase, la autonomía sindical, la democracia obrera y el internacionalismo proletario.

Es decir la burocracia sindical es un enemigo de los trabajadores metido dentro de las propias filas del movimiento sindical.

El movimiento sindical de nuestro país cuenta con varios burócratas.

Estos dirigentes burócratas son traidores de los intereses de la clase Trabajadora que por mucho tiempo vienen parasitando al movimiento sindical.

Estos enemigos de los trabajadores, que fungen de representantes de los mismos, negocian lucrando en forma personal y en beneficio propio la sacrificada lucha de los trabajadores, venden sus huelgas y todo tipo de lucha, ya sea a las patronales o al gobierno de turno.

Como claros ejemplos de este tipo de burócratas sindicales en nuestro medio, los tenemos a los dirigentes de la CNT (Juan Torales, Miguel Zayas y otros), de la CUT (Aldo Snead, Jorge Alvarenga y Cía), de la CGT (Sonia Leguizamón), de la CPT (Francisco Brítez). Estos dirigentes se vendieron directamente al nefasto Gobierno del Presidente-empresario-mafioso, Cartes.

Después de traicionar la huelga de los choferes y la huelga general del año 2015, no contentos con esto, pasaron a apoyar directamente todas las medidas antisindicales del gobierno de Cartes, con sendos pronunciamientos preparados por el propio Ministro del Trabajo de ese entonces, apoyando y reivindicando al gobierno que tanto daño provocó a los trabajadores. Con esta orientación apoyaron el papel de sicario político-institucional que cumplió el miserable Ministro de Trabajo durante ese gobierno.

Otro ejemplo siniestro son los burócratas de uno de los sindicatos de Hacienda, PRISIFUMIH. Los burócratas de este sindicato no sólo se convirtieron en operadores de Cartes durante las elecciones sino que hicieron que su sindicato sea una seccional colorada cartista e infundiendo temor en sus bases. También se mostraron activos, no para defender a sus afiliados o a la clase trabajadora que estaban sufriendo duros ataques, sino para legitimar y apoyar al gobierno y sus medidas antisindicales y antipopulares con sendos comunicados.

La abierta traición del PRISIFUMIH llevó que la CCT denunciara públicamente a los dirigentes condenando esta orientación gubernista y propatronal que va de contramano con toda la labor de la CCT que declaró, al Gobierno de Cartes, enemigo del pueblo trabajador y luchó contra el mismo con todas sus fuerzas.