Desde el año pasado, estudiantes, sobre todo de enseñanzas medias y algunos universitarios, se han empezado a movilizar por la problemática del cambio climático.

Por Lucía, de Corriente Roja

Si bien todo empezó con movilizaciones aisladas en distintos países, mayoritariamente europeos, en el pasado 15 de marzo, desde la plataforma FridaysForFuture, se propulsó una huelga estudiantil a nivel internacional que, aunque no tuvo un seguimiento total, consiguió aglutinar movilizaciones considerables en varias partes del Estado.

La crisis ambiental es una de las consecuencias más graves e inmediatas del sistema capitalista, y consideramos muy positivo que los y las estudiantes sean conscientes del problema y se movilicen y se organicen para combatirlo. Desde Corriente Roja aplaudimos la iniciativa y creemos que hay algunos aspectos que habría que tener en cuenta de cara a futuras movilizaciones por el clima, y que pensamos que son de suma importancia para encaminar esta lucha y unificarla a otras luchas de las que diariamente participamos:

1- El objetivo principal de esta huelga, al menos originalmente, es que los estudiantes, mediante las movilizaciones, puedan “concienciar a los políticos” de la necesidad de tomar medidas (normalmente en forma de límite de las emisiones, pero también con medidas de concienciación ambiental y de sostenibilidad en las escuelas) para parar o reducir el cambio climático. Nosotros acordamos con que efectivamente, es a los gobiernos a quien tenemos que exigirles que actúen frente a esta crisis, pero es necesaria la movilización con demandas y reivindicaciones concretas. ¿Qué queremos conseguir con esta lucha? ¿Nos vamos a conformar con las migajas que nos den los gobiernos o vamos a luchar hasta conseguir nuestros objetivos concretos?
¡Estamos hartos de gobiernos al servicio de los beneficios del gran capital y no al servicio de las necesidades de la mayoría!

2- Esas demandas tienen que luchar contra el modelo capitalista de producción en dos sentidos: en el ambiental y en el social. No queremos un sistema capitalista que produzca masivamente y sin control por los beneficios de una minoría, destrozando la naturaleza, lo cual afecta a la mayoría. Pero tampoco queremos una sociedad capitalista que explota a los y las trabajadoras y cuyo modelo de producción nunca tendrá como objetivo cubrir las necesidades sociales. Por eso, creemos que sólo con un modelo de producción en el que los mismos trabajadores controlen y decidan sobre la producción según las necesidades, es posible conseguir el bienestar social y la sostenibilidad ambiental.
¡Por un modelo de producción y energético democrático, sostenible y anticapitalista!

3- Las medidas anticapitalistas concretas que proponemos y por las que creemos que tenemos que luchar en las próximas movilizaciones:

  • Adaptación de la industria a la sostenibilidad sin pérdida de empleos, limitación estricta a sus emisiones de gases de efecto invernadero. Nacionalización de las principales industrias!
  • Agricultura y ganadería local y bajo criterios sostenibles. ¡Reforma agraria!
  • Nacionalización de las grandes empresas energéticas. Apuesta decidida por energías renovables y medidas de ahorro.
  • Impulso de una amplia red de transporte público y sostenible para reducir el uso de vehículos privados.
  • Nacionalización de la banca para obtener los recursos financieros para estos planes. ¡Sin recursos no es posible llevar a cabo medidas concretas!
  • Control democrático por parte de los trabajadores y trabajadoras de los distintos sectores económicos. Produzcamos según criterios de sostenibilidad ambiental y para las necesidades de la mayoría, no por el beneficio de unos pocos.

La movilización estudiantil del pasado 15 de marzo fue un buen primer paso, pero además de concretar las reivindicaciones, es necesario involucrar a la clase trabajadora organizada en este pelea. Al final, la producción está en sus manos. El movimiento sindical no puede ponerse de lado ante esta problemática. ¿O quién creen que van a pagar la factura de la catástrofe ambiental? Será, como siempre, los que menos recursos tienen para hacerle frente, la clase trabajadora y la gente humilde.