Temprano y completo giro reaccionario del gobierno.

Lo que marca este momento político en el país es el giro reaccionario por parte del gobierno de Mario Abdo, que venía implementando una política novedosa al dejar correr los ataques al crimen organizado y a la corrupción.

El perfil del gobierno en sus primeros días, vale recalcar, no partió de una iniciativa propia, sino fue producto del hartazgo acumulado por la gente contra el cartismo, que se expresó en el voto castigo en las filas del coloradismo, sumado a las movilizaciones ciudadanas y al acompañamiento y exposición sistemática de los medios de comunicación a los corruptos más emblemáticos.

En efecto, el gobierno cerró muy rápidamente su ciclo novedoso de limitada apertura política y de “ataque a la corrupción”, su lema anticorrupción de “caigaquiéncaiga” entró en la onda de
un elocuente oparei.

Ahora, todo termina en negocios y acuerdos políticos necesarios y funcionales a la gobernabilidad de Mario Abdo, con el pacto con el cartismo que se corona con la elección de las presidencias de las cámaras del parlamento: Alliana en Diputados y Llano en Senadores, ambos conocidos sabuesos fieles de Cartes.

Desaceleración económica, caída en ventas y nerviosismo

Se sigue desarrollando una desaceleración de la actividad económica que pone nerviosos a los capitalistas. La expectativa del crecimiento del PIB para el año en curso ya bajó del 4.2% inicial a apenas aproximadamente 2%; la caída en picada de las ventas en general que le tiene en plagueo ruidoso a un inmenso sector; una reforma tributaria que no aumenta impuestos a los
ricos y que solamente les recorta sus “deducciones” pero que les tiene airados a todos, especialmente a los exportadores de soja y otros commodities; una reforma tributaria que a su vez aprieta las tuercas –exigirá entrar al sistema a gente que vende en la calle, por ejemplo- contra todos los sectores de la clase trabajadora y sectores populares que verán aumentar sus “contribuciones” al Estado de los capitalistas; las denuncias de sobrefacturaciones en el IPS –salud y previsional del pueblo trabajador- que involucran directamente al actual Ministro de Hacienda Benigno López –hermano del Presidente y el poder real detrás del abdismo y su rosca, que repartía a diestra y siniestra el dinero de las jubilaciones para irrigar negocios capitalistas a intereses de regalo, y un largo etcétera.

Aumento de la deuda externa.

El anuncio de que se endeudará al país por 1.500 millones de dólares para “irrigar” las venas de la economía capitalista es quizás el anuncio más tétrico. La deuda ya fue triplicada por Cartes a través de la colocación de bonos y es ese mecanismo al que se apelará para hacer saltar la deuda, enajenando dinero futuro del Estado para obtener dinero fresco. Los últimos bonos de Cartes fueron usados para conseguir dinero que en un alto porcentaje fue destinado a bicicletear deudas, es decir, para levantar vencimientos.

El gobierno, presionado por la burguesía y por las demandas de que algo debe hacer, necesita como el aire de liquidez y expolia a los sectores con menores ingresos.

En efecto, en su política de no enojar a los ricos y grandes propietarios del país, sino mantenerles contentos, apela al endeudamiento y a un ajuste tributario que sacará más plata a los sectores medios y sectores de trabajadores con ingresos de algo más de 2 salarios mínimos legales.

Movilizaciones de diversos sectores

Hubo manifestaciones de enfermeras con importante extensión, de médicos, de asegurados y afectados por los negociados del IPS, de campesinos yerbateros o de la multisectorial –en curso en este momento- levantando reclamos sectoriales y apuntando directo contra el gobierno. Siguen las acciones a favor de la transparencia, contra a la corrupción, para sacar a los corruptos de encima como la última destitución del arrogante Dionisio Amarilla o la derrota colorada en CdE, entre otros varios hechos.

La impronta de las movilizaciones sigue dada por la “ciudadanía” a favor de la transparencia, a favor de la institucionalidad, contra la deshonestidad y el prevaricato judicial, en contra de la corrupción generalizada. En general, la agenda viene marcada por los medios de comunicación
de masas.

Estas acciones tiene gravitación en cuanto a animar el accionar del movimiento de masas sobre otros asuntos más estructurales y de clase. Aunque existe una presión de que “no haya sectores organizados o una dirección” en estas movilizaciones e ir como individuos, como ciudadanos. Esto es una trampa mortal de la democracia capitalista que apela a la ciudadanía para imponer su agenda y sus “sujetos” supuestamente desorganizados y sin “conducción” contaminada con otras intenciones políticas. Aunque el camino sea un poco más largo hay que pelear el derecho a estar como sindicatos, como movimiento, e ir limpiando el difamado nombre de las dirigencias sindicales hablando con claridad de eso, denunciando a los dirigentes corruptos y bucrocratas y no dejarse sucumbir por las presiones posmodernas de “las formas de la política de hoy”.

Los servicios de salud se caen, la pobreza general y extrema aumentan, el desempleo crece y la prepotencia y dictadura patronal se enseñorea en todos los lugares de trabajo.

A pesar de las dificultades de generar espacios duraderos de articulación y coordinación de luchas es necesario seguir tratando de generar acciones sobre los temas centrales que están
empeorando las condiciones de vida del pueblo trabajador. Hay que intensificar los esfuerzos por potenciar y fortalecer las unidades de acción y las luchas porque hay un clima más
favorable para salir hacia afuera a pesar del pacto acordado por arriba.